Mario Saldaña

El mejor tributo a la COP

El mejor tributo a la COP
Mario Saldaña
04 de diciembre del 2014

Sobre la problemática del transporte urbano vinculada al medio ambiente

El mejor tributo que puede hacer el Perú como anfitrión de la COP 20 es dirigir el grueso de sus políticas públicas a impedir que las principales fuentes de emisión de gases de efecto invernadero sigan operando y creciendo sin límite alguno.

Y sin ser un experto en la materia, diría que, hoy por hoy, en forma agregada, es el rubro transporte vehicular, en todas sus variantes (público, privado, urbano, interprovincial), el principal generador de este tipo de daño.

Si bien el país ha tomado, felizmente, iniciativas y acciones concretas (aunque muy limitadas aún) para luchar contra el impacto ambiental que generan otras fuentes contaminantes, como la minería ilegal e informal, el narcotráfico y la deforestación al margen de la ley, por el impacto en la salud de las personas, el costo económico asociado, e incluso en la productividad del país, el transporte vehicular representa el gran reto en pos de nuestra sostenibilidad.

El Perú se ha urbanizado velozmente pero Lima y sus principales ciudades han seguido dicha rapidez no a base de un crecimiento ordenado, sino en forma anárquica y desestructurada. La infraestructura, que es el sistema nervioso de un país y de cualquier ciudad, ha quedado rezagada frente a la dinámica de la migración. El transporte es solo un reflejo de lo anterior: gran demanda insatisfecha, informalidad, caos, y claro, para colmo de males y a lo que íbamos al principio, gran daño ambiental y a nuestra salud.

Si bien Lima es el gran reflejo de lo anterior (pararse 30 minutos en el cruce de la Avenida Abancay con el Parque Universitario a las 9 de la mañana, con toda seguridad debe ser más contaminante que un año en La Oroya), estamos al frente de un problema nacional. Y por ende, ante la necesidad de una política de Estado, y por ende, de la concertación de esfuerzos y voluntades políticas, empresariales, académicas, etc, por acabar con esta situación para las generaciones futuras.

Hay que reconocer que algo se ha iniciado con la regulación de combustibles y el paso progresivo hacia el gasohol, pero ciertamente el impacto es aún limitado conociendo las millones de unidades que usan petróleo y gasolinas de bajo octanaje. De hecho, el tema de precios termina limitando la toma de decisiones. La promoción del uso del gas natural vehicular sigue siendo otro camino correcto pero con efectos también muy escasos.

También está el ordenamiento de rutas y concesiones, una ley del “chatarreo” que sigue ahí, etc. Pero más atrás y tan importante como lo señalado es la infraestructura vial. En Lima hemos tenido que llegar a este colapso para darnos cuenta que una red trenes y metros es la única solución de largo plazo para incentivar el uso de un sistema moderno y eficiente de transporte público.

¿No hubiera sido ideal que este Gobierno, anfitrión del certamen, hubiera llegado a esta COP 20, con una propuesta país de reducción de gases de efecto invernadero para su sistema de transporte?. Mucho pedir.

Por Mario Saldaña C. (@msaldanac)
(4 - dic - 2014)

Mario Saldaña
04 de diciembre del 2014

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