Arturo Valverde

El hambre de unos

El hambre de unos
Arturo Valverde
15 de junio del 2017

La mayoría de celebridades nacieron con el mundo en contra

Siempre he creído que una de las mejores formas de no caer en los mismos errores que cometieron otras personas es leyendo biografías. Así que en mi biblioteca tengo algunas obras sobre la vida de personajes muy célebres en nuestro país, y otros libros sobre personas que son de interés a escala mundial.

Ahora que acabo de terminar de leer un libro más y comienzo otro, creo haber encontrado un denominador común en la mayoría de las historias que he leído sobre la vida de mujeres y hombres. Muchos nacieron con un hambre tremenda, un apetito por ser, unas ganas increíbles de trascender. Muchos de ellos se podría decir que nacieron con el mundo en contra; tuvieron impresiones en su infancia que los marcaron para siempre. Pero nunca desmayaron, siempre pelearon y siguieron batallando para hacer realidad sus sueños.

Por ejemplo, en la autobiografía del maestro De Szyszlo, cuya lectura concluí hace unas semanas, puedo rescatar una parte en la cual él narra acerca del tiempo que pasó para empezar a alcanzar el reconocimiento, y que nunca cayó en el desánimo. De otro lado, ahora que estoy leyendo la autobiografía de Groucho Marx puedo identificar esa infancia, en la que una precaria situación económica llega a ser un detonador. Similar es el caso de Anthony Quinn quien, como comenté una vez, relataba en su autobiografía ese momento en el cual su madre le contó una anécdota sobre Emiliano Zapata; el revolucionario decía que el mar no le bastaba para saciar su sed.

Como la de ellos, es la vida de Joseph Armagh, aquel personaje de Taylor Caldwell, que algunos dicen fue creado a partir de la historia de la familia Kennedy. Cuando niño pasó por una gran pobreza, y luego ascendería hasta lo más alto de la sociedad norteamericana. Creo poder identificar en todas esas historias ese punto en común; tanto en aquellas personas, amigos, que hoy obtienen reconocimiento de sus países, reúnen estas condiciones.

Cuando leo estas biografías, pienso en lo mucho que me gustaría que los jóvenes de mi país pudieran leerlas conmigo, y se contagien esa hambre. Por último, algo que no quiero dejar de mencionar es que todos esos hombres y mujeres siempre tenían un libro al lado.

 

Arturo Valverde

 
Arturo Valverde
15 de junio del 2017

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