Victor Robles Sosa

El factor Chlimper

El factor Chlimper
Victor Robles Sosa
05 de enero del 2016

Uno nunca sabe para quién trabaja

El anti siempre impide hacer análisis político serio. Por ejemplo, los anti-apristas descartan a priori que Alan García pase a la segunda vuelta porque no pueden admitir que es el político peruano que tiene más recursos y habilidades políticas para hacer una campaña exitosa. La aversión del anti solo ve la realidad bajo su propio cristal, prescinde de los hechos objetivos. Probablemente no pase, pero nadie en su sano juicio puede descartarlo hoy por hoy.

Otro ejemplo, en las últimas municipales, el anti castañedismo desplegó en la media todas las armas posibles para impedir la victoria de Luis Castañeda, resucitando inclusive la raída bandera de “comunicore”. Al final el anti fue derrotado abrumadoramente. Esa misma media es hoy implacable y sesgada fiscalizadora del alcalde, pero más del 60% de los limeños aprueba la gestión de Castañeda. Volvemos a lo mismo: el anti NO puede ver los hechos de manera objetiva.

Lo mismo acabamos de ver tras el desenlace de la crisis del fujimorismo que, al margen de nuestra voluntad, ha dejado la percepción de que quien manda en Fuerza Popular es Keiko Fujimori. Lo reconocen los 18 congresistas apartados de la próxima lista de candidatos al Congreso. Aun así, el anti no puede con su fobia y, cual émulo de Savonarola, le lanza los reflectores a José Chlimper para condenarlo al infierno eterno por haber sido ministro de Alberto Fujimori. Como dice Víctor Andrés Ponce, es la trampa del relato histórico sesgado.

Pero como en la vida nada es blanco o negro, como creen los anti de izquierda y los vargasllosistas, al atacar a Chlimper están llamando la atención NO sobre un “pasivo” fujimorista sino sobre uno de los mayores activos políticos de Fuerza Popular, porque Chlimper es el fundador de la nueva agricultura exportadora, la que ha ubicado al Perú hoy entre los diez primeros países proveedores de alimentos.

Podría decirse que Chlimper es el padre de esa nueva agricultura porque fue el principal promotor e impulsor de la Ley de Promoción del Sector Agrario del año 2000. Gracias a esta, las agroexportaciones del Perú crecieron de US$395 millones en el 2000 hasta unos US$6,000 millones en el 2015.

Pero lo más importante es el enorme impacto social que ha tenido el boom agroexportador en regiones como Ica, Ancash, La Libertad, Lambayeque o Piura, y más recientemente en Junín. La  industria agroexportadora ha sacado de la pobreza a millones de peruanos, gestando así la nueva clase media agraria de hoy. Solo en Junín ha reducido la pobreza de 61% en el 2005 hasta 23% en el 2012. Todo esto representa Chlimper.

Me imagino que Keiko Fujimori sacará provecho de ello cuando visite las regiones agroexportadoras. Y entonces tendrá que agradecerle a la izquierda y el vargallosismo mediáticos por haber puesto sus reflectores en Chlimper. Como dice la famosa frase: “uno nunca sabe para quién trabaja…”

Por: Víctor Robles Sosa

Victor Robles Sosa
05 de enero del 2016

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