Dante Bobadilla

El Estado superfluo

Se debe eliminar o fusionar ministerios, y cerrar los organismos inútiles

El Estado superfluo
Dante Bobadilla
31 de mayo del 2018

 

Una señal de que hemos perdido la perspectiva es la alharaca armada en torno a las compras del Congreso, como si estas fueran significativas dentro del enorme Estado que tenemos. Basta ver la torta presupuestal para notar que solo en “política ambiental” (¿?) se quintuplican todos los gastos del Congreso. El gasto superfluo es lo que marca la pauta en un Estado repleto de ministerios superfluos y organismos que solo están para la foto. ¿Por qué no denuncian eso?

Si hay algo que ha cambiado notablemente en el Perú en los últimos tiempos es que la prensa dejó de ser crítica con el Gobierno para convertirse en dama de compañía del poder de turno. Esta milagrosa transformación se debe a la magia del dinero público con el que los últimos gobiernos han venido aceitando a la prensa, hasta hacerla adicta a la mermelada y sumisa al poder. No crean que todo este griterío de los medios contra el Congreso es gratuito.

Es curioso ver que quienes critican escandalizados las compras del Congreso, calificándolas como “gastos superfluos”, son los mismos que defienden el impúdico gasto en publicidad estatal a favor de los medios. No solo es gasto superfluo, sino una velada forma de influenciar en la prensa, cuyos efectos podemos observar a diario. La prensa mermelera (no cabe otro término en tales condiciones) anda más ocupada escudriñando los gastos del Congreso que analizando el rumbo errático del Gobierno. Esperemos que se apruebe la Ley Mulder para eliminar los cientos de millones que se gastan en mermelada cada año. No es ahorrando en flores o televisores que vamos a salir del déficit. Que no nos tomen el pelo.

Y si en verdad nos preocupan los gastos superfluos vayamos por más. ¿Por qué no privatizar el LUM? ¿Por qué tiene que ser una carga para el Estado? Que se lo vendan a alguna ONG de izquierda para sincerar las cosas, ya que en realidad es el oráculo de los caviares y un fumadero de opio del progresismo. No debemos mantener con nuestros impuestos el museo del terror impuesto por la CVR que, después de todo, fue una comisión ilegítima que nunca gozó del consenso ciudadano. Fue un capricho caviar impuesto a la mala por un gobierno de transición. Carece pues de legitimidad. ¿Por qué tenemos que seguir cediendo a este tipo de imposiciones ilegítimas del rojerío? Más aún cuando hemos comprobado que no ha servido para la verdad ni mucho menos para la reconciliación. El Estado debe desligarse del LUM.

Lo que más abunda en el Estado son precisamente los gastos superfluos en ministerios decorativos cuyos ministros se pasan todos los días posando en ceremonias, bajo toldos decorados o en algún evento callejero, rodeados de cámaras y asesores, celebrando el día de la papaya o la semana del loro. Lo cierto es que para los servicios básicos que debe brindar el Estado, más de la mitad de los ministerios salen sobrando. En los últimos diez años se ha duplicado el presupuesto del Estado, pero los servicios básicos de educación, salud y seguridad están mucho peor. Mientras que la infraestructura no ha mejorado sustancialmente. Quiere decir que solo hemos aumentado los gastos superfluos. ¿O no?

Es inmoral que los políticos se dediquen alegremente al vicio de crear ministerios y organismos públicos, y que al llegar al déficit nos suban los impuestos para seguir manteniendo el enorme, costoso e ineficiente aparato público. Que tengan la decencia y el valor de eliminar o fusionar ministerios, y cerrar organismos inútiles y decorativos. Que recorten la burocracia, que eliminen la casta de asesores y el negociado de consultorías, y que se transfieran servicios al sector privado, que sin duda lo harán mejor. Es eso o seguir rodando cuesta abajo.

 

Dante Bobadilla
31 de mayo del 2018

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