Hugo Neira

El Estadio del espejo. Educación y Región

El Estadio del espejo. Educación y Región
Hugo Neira
13 de octubre del 2014

Reflexiones sobre los resultados electorales y la calidad de nuestra educación

El «estadio del espejo» es concepto de Lacan. Lo usaré para reflexionar ante dos grandes problemas peruanos y la manera cómo se les ve, o ¡no se les ve! Por una parte, el tipo de políticos que asoma en provincias. Por la otra, el tema del desastre de la educación peruana. El estadio del espejo viene del psicoanálisis y como todo el mundo habré leído a Freud pero no soy psicólogo. Consulté pues con uno de mis amigos, psicoanalista.  El estadio del espejo es cuando el niño humano, todavía bebé, de 6 a 18 meses, no alcanza a coordinar sus movimientos pero ve su imagen en el espejo. Y entonces, el niño jubila. Y aunque sea «una sensación imaginaria de dominio» —dice Lacan— anticipa su coordinación muscular. Ahora bien, ante el espejo una cría chimpancé no jubila. El chimpancé es «natural» toda su vida. El hombre no. Se inventa. También los pueblos.

Sobre la realidad peruana, veo una conjunción. En pocas palabras, los que condujeron el carro del Estado —en plan Zeus, en carruaje de corceles— soltaron las riendas al mercado y al mismo tiempo restringieron la educación de las masas. Así de simple y de contradictorio. El resultado: altísimo consumo pero nones de libros y cultura. Jóvenes de clases populares frecuentan los cines solo en un 5%, y la mitad de su lectoría de la prensa en Lima es El Trome (Protzel (2011), Lima imaginada :361-:341).

Sobre las recientes elecciones ha habido enjuiciamientos inteligentes. El de Alberto Vergara, «democratizar las culpas». Y señala «un sistema político defectuoso». Pero Alberto, déjame decirte, no es cierto que «nadie gana». Algunos pierden. Al menos en Lima. Pero no diré nada más. Las urnas hablaron. Carlos Meléndez, de tu nota retengo esta temible verdad, nadie «sabe qué hacer».

Lo primero sería abrir un Observatorio de Regiones. Sería lo cuerdo, a ese proceso interno hay que seguirlo sin a priori. Pero ¿se ocuparán las Universidades, la Banca, alguna ONG? ¿O seguiremos pontificando desde Lima? Desde el Principado de Mónaco, que me recuerda Vergara. Sí pues, dije eso de Lima, ciudad de provincianos pero de espaldas al país interior. Y hoy no sabemos qué ha pasado ¡y tenemos opiniones! El estadio del espejo y el narcisismo herido por lo real.

Sobre las regionales, hay una nota de Juan de la Puente, confirma lo peor, «una abrumadora mayoría (…) de escasos escrúpulos, es decir, un regionalismo político pobre y atrasado».

¿Atrasado en qué, Juan ? ¿No fue bajando el nivel con una secundaria paupérrima en el curso de los últimos treinta años? Nos lo ha dicho hasta el prudente Banco Mundial, «carentes de recursos humanos» (Perú 2006). El mal está, desde decenios, en que se volaron las asignaturas. Reemplazadas por áreas. Vamos a ver. Los colegios privados están mejor, ¿no? Pues bien, enseñan con asignaturas. Los públicos, por «áreas». Invento de unos cuantos, doctas tinieblas nos han conducido al disparate de una secundaria para pobres que no forma ni para oficios ni para el saber superior. Así, nuestros escolares no pasan el test PISA ni los adultos el del espejo de Lacan. El niño nación dice, «ese no soy yo». Irrealidad peruana. Lo siento, somos esas aulas, esos electos. ¿Qué cuesta decir, en sendos problemas, nos equivocamos? ¡Y a enmendar!

Por Hugo Neira

(13 - oct - 2014)
Hugo Neira
13 de octubre del 2014

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