Luis Giampietri

El espionaje

El espionaje
Luis Giampietri
26 de febrero del 2015

Reflexiones, antecedentes y preguntas sobre el antiguo espionaje chileno al Perú.                           

Desde que el Perú fuera el centro de la Conquista española en América del Sur, cosechó envidias y recelos de todas sus Capitanías generales, que con el transcurrir del tiempo, formaron los países de nuestro entorno fronterizo. 

Me he preguntado por qué Chile nos ha espiado siempre. 

No es una novedad que lo haga. Durante la guerra del Pacífico, vivía pendiente de lo que sucedía en el Perú. Lo relata Jorge Hinostroza  en su Libro El Séptimo de Línea, relatando cómo una guapa chica de la sociedad chilena es Inducida por su novio, un teniente del Ejército de Chile, y prostituida para que inicie un romance oculto con un general del del ejército peruano.  De esta forma, entre escarceos amorosos, logró tener acceso a información confidencial y sensible de los movimientos del ejército conjunto peruano-boliviano, que sirvió para adelantar sus planeamientos. 

Esto no fue lo primero ni lo último. Durante el siglo pasado, sufrimos la penetración de espías en el norte del Perú que, al ser capturados por las fuerzas del orden se Identificaron como el Comandante del BACH Beagle, Capitán de Navío Sergio Jarpa,  y su segundo. Fueron detenidos cuando tomaban fotos a una base Aérea Militar en Talara. A pesar de las protestas formales presentadas, ambos tuvieron una carrera exitosa en la Marina Chilena 

Posteriormente cambiaron el sistema y lo hicieron más agresivo cuando adoptamos la tecnología aeronáutica de la entonces Unión soviética, con aviones Surkoi de última generación, utilizando el recurso de captar personal subalterno, mayormente de la Fuerza Aérea. 

La primera vez que descubrimos esta modalidad de espionaje agresivo, se pudo aplicar la la pena de muerte que contemplaba la Constitución de entonces, y se fusiló al traidor. 

La Segunda vez, ya vigente la nueva constitución del 93, que derogó el artículo que permitía eliminar a los espías en tiempos de paz, solo le quedó al estado la posibilidad de ejecutar a los traidores en tiempos de guerra. 

Es sabido que parte del trabajo que realizan todos los agregados navales, militares, aviadores o policiales del mundo es analizar in situ las fortalezas y debilidades del País en el cual son representantes, proporcionado información lo más actualizada posible, para poder determinar el poder combatiente del posible  estado rival. 

Si bien esa labor es aceptada mundialmente no lo es el hecho de tratar de corromper a miembros de las fuerzas del orden del país que los hospeda con coimas y/o prebendas a fin de que aquellos, en un acto de traición a la patria, proporcionen información sensible. 

No me vengan con el cuento de que requerían informes de pesca porque IMARPE del Perú y el INFOP de Chile hace muchos años que comparten esa información que es además abierta pues manejamos los mismos estudios de biomasas de peces y otras especies marinas. 

Chile, después de la guerra, aumentó sus complejos por el eficiente desempeño de la pequeña flota peruana que los mantuvo en jaque durante los primeros meses del conflicto. Grau se convirtió en un fantasma y eso no fue una casualidad sino producto de la excelente formación profesional de los oficiales y personal subalterno peruanos. 

A mi juicio, teniendo la capacidad militar relativa de nuestra Marina una antigüedad de casi 30 años, y siendo esto público, lo que  querían conocer son los planes, programas y presupuesto, y más aún el estado de la preparación del personal. “Pelean lod hombres, no los buques” es un dicho antiguo en nuestra Marina, y pienso que esta inquietud los llevó a hacer tamaña estupidez. Era la única forma de complementar y justificar las inmensas adquisiciones realizadas en todos los campos de sus fuerzas armadas. 

Finalizo este artículo  haciéndome dos preguntas básicas: ¿Cómo pudieron salir del país los traidores miserables sin una autorización escrita? Normalmente, no se les deja cruzar las aduanas sin una carta de la Oficina de Personal o una resolución Ministerial. ¿Y cuántas veces pasaron la prueba del polígrafo? 

Tenemos un buen Canciller, profesional y honesto. Estoy seguro que él llevará de la mejor forma posible este caso. 

Por Luis Giampietri Rojas
26 - Feb - 2015  

Luis Giampietri
26 de febrero del 2015

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