El desafío PPK versus KF

Frente a la agitación social que promueve la izquierda

Los procesos electorales siempre generan grandes expectativas en la ciudadanía, particularmente cuando la definición del próximo presidente se centra en dos candidaturas, las de Pedro Pablo Kuczynski y Keiko Fujimori. Ambos comparten lineamientos fundamentales en política económica, y también ambos enfrentarán un escenario adverso en lo que respecta a la agitación social.

El gran perdedor de las elecciones del 10 de abril es el estatismo de las izquierdas, ya sea que se presente en forma de ramo de flores o de manera desembozada. Ellos saben que no tienen mayoría en el parlamento y que, obviamente, habrá mayores puntos de encuentro entre las bancadas de Peruanos por el Kambio (PPK) y la de Fuerza Popular (FP) —inclusive con otras organizaciones políticas—, antes que con los representantes del Frente Amplio o Democracia Directa.

Afortunadamente, la historia nos demuestra que los frentes de izquierda suelen durar el periodo correspondiente a los procesos electorales. Aún sigue en marcha la maquinaria “caviar” para desconocer el triunfo electoral del candidato Juan Regalado Cabrera, número dos con el Frente Amplio (FA) en Cajamarca, mediante la impugnación de tres actas en Chota. Es decir, con toda la notoriedad que los medios de comunicación le prodigaron al ex sacerdote Arana, tan solo ha logrado distanciarse de Regalado por 42 votos. ¿Ese es el “respaldo popular” que le otorgó el pueblo de Cajamarca? Sea cual fuere la decisión del Jurado Nacional de Elecciones, lo más probable es que Regalado Cabrera termine por desencantarse del FA.

En este contexto, el juego político de las izquierdas estará nuevamente en la agudización de la conflictividad social y empleará el Congreso como caja de resonancia. El ala dura estará en las calles, provocando la reacción de las fuerzas policiales. Una vez conseguido su objetivo —con algunas víctimas que lamentar— denunciarán y judicializarán, desde su representación parlamentaria— a los responsables de mantener el orden interno.

Los equipos de gobierno de FP y PPK no deben ser ajenos a esta realidad. La agenda de la izquierda está dirigida a: i) cambiar el “modelo”, ii) derogar la Constitución de 1993, que ha garantizado el crecimiento económico y la reducción de la pobreza, iii) promover el dirigismo de Estado, al cual eufemísticamente denominan “planificación”, cuando lo que debe hacer el Estado es promover la libre concertación de los agentes económicos, y iv) la hipertrofia del aparato estatal.

En el Congreso, el juego de las izquierdas será el democrático: proponer, fracasar, denunciar y salir a las calles a “respaldar la demanda popular”. El guion es conocido. Por eso la arremetida contra las Bambas, por eso la agitación en la provincia de Islay en contra de otro proyecto minero. Las alas de la izquierda han diseñado una estrategia para poner contra la pared a quien resulte elegido el próximo 5 de junio.

¿Qué hacer? No caer en su juego, el próximo presidente debe concertar con su actual rival para designar, si es posible el mismo 28 de julio, a quien se haga cargo de la inteligencia del Estado para actuar de manera concertada con los otros poderes del Estado (Fiscalía de la Nación y Poder Judicial) contra quienes resulten responsables, sin privar del derecho de protesta a los disconformes. No se puede permitir que la decisión política de crecer en libertad, tomada por más del 80% de los ciudadanos, sea arrinconada por quienes fueron rechazados en las urnas.

Guillermo Vidalón del Pino