Juan Carlos Valdivia

El déficit democrático

El déficit democrático
Juan Carlos Valdivia
05 de julio del 2016

Los abusos de poder del presidente Ollanta Humala

Hay quienes repiten que el gobierno de Ollanta Humala ha sido respetuoso de las formas democráticas, y se lamentan que termine su periodo con este incidente con los periodistas del programa Panorama. Quizás con lo de “respetuoso” quieren decir que convocó a elecciones y se va a ir al terminar su mandato, pero eso no debiera ser suficiente.

La verdad es que Ollanta Humala ha sido un presidente con poca vocación democrática. Basta recordar que hizo uso y abuso de su mayoría parlamentaria, mientras la tuvo. Que ha hecho que su esposa, sin tener nombramiento ni fuera elegida para cargo alguno, ejerciera el poder, como si se tratara de una “pareja presidencial”. Que dijo que él gobernaba su partido basándose en el “centralismo democrático”, tesis de organización de los partidos marxistas leninistas. Que su ministro de Defensa fue “ampayado” reconociendo que necesitaba autorización de la esposa del presidente para determinadas decisiones. Que su primera ministra fue censurada por el escándalo de haberse encontrado al gobierno espiando a la oposición y a periodistas. Que un primer ministro renunció ante las inaceptables intromisiones de la esposa del presidente. Que no quiso recibir a representantes de la oposición venezolana, perseguidos por la dictadura de Maduro. Que su ministro de Justicia tuvo que renunciar ante la censura ciudadana por haber despedido a Julia Príncipe, quien cometió el “error” de hacer un comentario que la esposa del presidente consideró indebido hacia ella. Y que, finalmente, ha iniciado una persecución judicial a los periodistas de Panorama, por el solo hecho de haber denunciado irregularidades en la lucha contra los delincuentes terroristas.

Humala ha hecho abuso de su poder. Y muchas veces con la contemplación de una oposición perezosa y de una prensa que acostumbraba ir a tomar café a Palacio. Pero también sin importarle lo que desde la opinión pública independiente se reclamaba por todos estos hechos. ¿Un gobierno que espía a la oposición se puede llamar democrático? ¿Un gobierno sometido a la esposa del presidente es democrático? ¿Un gobierno que persigue periodistas puede ser democrático?

Los amigos de la pareja Humala Heredia, aquellos que los han defendido de toda acusación, aquellos que afirmaban que las agendas las habían escrito los apristas, aquellos que ahora repiten los argumentos de la abogada de Cateriano, nunca aceptarán la realidad. Pero el gobierno de Humala, además de sus malas cifras en lo económico, tiene un gran déficit en lo que a institucionalidad democrática se refiere.

 

Juan Carlos Valdivia

 
Juan Carlos Valdivia
05 de julio del 2016

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