Darío Enríquez

El corrupto socialismo del Foro de Sao Paulo

El corrupto socialismo del Foro de Sao Paulo
Darío Enríquez
04 de enero del 2017

“Red Odebrecht” solo es un brazo de la mafia socialista latinoamericana

Quienes pretenden que el caso Odebrecht responde a un accionar aislado, temerario y autónomo de un grupo de “cerdos” capitalistas que engañaron a inocentes gobiernos “cretino-americanos”, se equivocan de cabo a rabo. Para conocer mejor lo que ya se ha convertido en el mayor escándalo de corrupción estatal en la historia de nuestra civilización, debemos ubicar el rol que jugaba la “Red Odebrecht”* en el contexto del autodenominado “Foro de Sao Paulo”. Un bien montado aparato transnacional de control, manipulación y poder que incluye desde medios de comunicación hasta políticos y grandes empresas asociadas, pasando por personajes públicos y “líderes” de opinión internacional que declaraban —por ejemplo— su admiración por la expresión más lograda de esta podredumbre política: el socialismo “responsable” de Lula Da Silva.

En efecto, en 1990 se fundó el Foro de Sao Paulo para convocar y reagrupar a las diversas izquierdas latinoamericanas, frente a la inminente crisis terminal del socialismo real, luego de la caída del Muro de Berlín. Se creó a iniciativa del tirano socialista Fidel Castro y bajo el sostén operativo del Partido de los Trabajadores del Brasil, de Luiz Ignacio da Silva (a) Lula. Luego de casi una década de labor sostenida en busca de formas y vías para acceder al poder, haciendo uso y abuso del sistema para beneficio de su causa, conspicuos miembros tomaron el poder sucesivamente en diversos países bajo procedimientos electorales democráticos, y luego prolongaron su ejercicio modificando las reglas de juego a su antojo, instaurando autocracias y andamiajes para mantenerse en el poder a toda costa.

Este andamiaje no solo se definía en el umbral de las leyes vigentes, sino que, de ser necesario, cruzaba la línea de la legalidad sin miramiento alguno. Uno de los elementos claves de este andamiaje era el financiamiento de sus actividades ilícitas. Para ello incorporaron en su proyecto a empresarios “progresistas” (véase las comillas) que compartían la ambición por el poder y la voracidad sobre los fondos estatales, bajo un discurso socialista falsamente igualitario y reivindicativo de lo que fuera necesario (adaptado según cada país) para despertar el apoyo popular. El Populismo socialista había nacido, aliando a las izquierdas locales con el capitalismo mercantilista más execrable y parasitario.

Los gobiernos latinoamericanos cuyos partidos en el poder están ligados al Foro de Sao Paulo no han seguido siempre los mismos principios de acción política. Si bien comparten ciertos elementos ideológicos en el discurso “anti imperialista, progresista, antimercado y yanquifóbico”, las acciones de política económica no necesariamente son las mismas. Hay una evidente distancia entre Chávez y Mujica, entre Correa y Morales, entre Bachelet y Ortega, entre Kirchner y Lugo. Ni siquiera hay unanimidad al asumir causas y delirios ideológicos de la neoizquierda en temas ecológicos o en cuestiones de género. Basta ver que el constructivismo social de Bachelet, Mujica y Kirchner contrasta con el conservadurismo de Correa, Lugo u Ortega. Lo que sí resulta una característica común innegable y fundacional es la participación del capitalismo mercantilista de la Red Odebrecht.

Así, no tiene ningún sentido hablar de la Red Odebrecht si no lo hacemos como parte de la iniciativa transnacional denominada Foro de Sao Paulo. Incluso con gobiernos no afines al Foro de Sao Paulo (como Uribe en Colombia o García en Perú), la Red Odebrecht apostaba a infestar el aparato estatal respectivo, repartiendo cuantiosas coimas y obteniendo proyectos estatales multimillonarios. Tenían la convicción de que tarde o temprano tomarían el control de importantes e ingentes recursos financieros estatales al servicio de su causa, compartida con las izquierdas. Esa es la Red Odebrecht, la más grande maquinaria corrupta y corruptora en la historia de la humanidad, concebida desde los delirios liberticidas del Foro de Sao Paulo, la tiranía de Castro, el socialismo brasileño de Lula y esa desgracia que llaman “chavismo”. Toda esta misma ideogica está siendo replicada, defendida y extendida en toda nuestra América por las izquierdas locales. ¿Qué dirá Mario Vargas Llosa, quien no perdía ocasión para defender y promover la izquierda “responsable” de Lula en Brasil? ¿Lo hacía por amor?

 

* Consideramos bajo el término “Red Odebrecht” al conjunto de empresas “lumpen-capitalistas” que conforman el brazo financiero del Foro de Sao Paulo, tales como Odebrecht, OAS, Camargo-Correa, Petrobras (54% estatal), etc., para mencionar solo a las empresas brasileras que lideran este entramado corrupto.

 

Por Darío Enríquez

 
Darío Enríquez
04 de enero del 2017

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