El candidato sorpresa

Sobre la carrera electoral hacia el 2016, que empieza a calentarse

Todos han de mojarse. Esa será, a mi juicio, la consecuencia normal de esta lluvia de acusaciones de corrupción entre el Gobierno y los principales candidatos a la presidencia, al menos, los que van en los primeros tres lugares de las preferencias electorales.

Lluvia que, dicho sea de paso, recién empieza y que amenaza, al igual que el Fenómeno del Niño, con ponerse peor conforme llegue el verano y se acentúen la tiradas de barro entre unos y otros.

Este telón de fondo de la campaña es el que también permite avizorar que existe terreno de sobra para la aparición de un candidato sorpresa que amenace al “elenco estable”. Si ese “cuarto en disputa” es alguno de los que hoy aparece en las encuestas con 5% de intención o menos (personalmente lo dudo), si es alguien aún no registrado en las mediciones, si será o no un antisistema, si será de derechas o izquierdas, militar o civil, hombre o mujer, limeño o provinciano, es algo que no lo sabremos antes de enero del 2016.

Lo que también se puede avizorar es que el candidato sorpresa tendrá que ser muy convincente y generar suficientes adhesiones en materia de fórmulas eficaces y reales a favor de la seguridad ciudadana, reactivación de la actividad económica y un compromiso suficiente y creíble contra la corrupción. A este último factor están contribuyendo todos los casos que siguen embalsados por el Gobierno (desde el tema López Meneses, pasando por Martín Belaúnde Lossio hasta el novísimo de las agendas de Nadine Heredia), los efectos locales de Lava Jato, los narcoindultos de García, Ecoteva y Cia. Etc.

La existencia de una opción sorpresiva obliga, como contrapartida, a preguntarse si los tres integrantes del elenco estable están en la misma capacidad de poder mantener su respaldo a efecto de ganar el pase a la segunda vuelta. De lo visto hasta el momento, solo Keiko Fujimori tendría ese resto toda vez que más allá de su actual 30%, tiene al menos un 20% de voto duro e inexpugnable que lo ha conservado desde el 2011.

¿Algo podría alterar esta última certeza?. Pienso que muy pocas cosas. Alguna denuncia fulminante contra la candidata del fujimorismo de momento desconocida (difícil de encontrar). O tal como se ha especulado, la tan eventual como incierta liberación de su padre por parte del Gobierno en diciembre, en el entendido que tal decisión cambie para mal el respaldo hacia Keiko. No solo ello, se especula también que Antauro Humala podría recibir similar gracia de parte de su hermano presidente, siempre en una perspectiva política/electoral a su favor.

Pero más allá de esas especulaciones, lo más seguro hasta el momento es que muy pocas cosas impidan ver a Fuerza Popular disputando la segunda vuelta en mayo del 2016, y que, como van las cosas, el panorama está pintado para que un cuarto en disputa o candidato (a) sorpresa intente arrebatarle a los naranjas, por segunda vez, la condición de mal menor para el Perú.

Por: Mario Saldaña C. (@msaldanac)