Carlos Arnillas Denegri

El Caballo de Troya

El Caballo de Troya
Carlos Arnillas Denegri
22 de junio del 2017

Políticos y técnicos corruptos enquistados en el Estado

Las revelaciones hechas por Elmer Cuba, miembro de Macroconsult y del directorio del Banco Central de Reserva, sobre algunos indicadores económicos del Perú al cumplirse casi un año del gobierno de Pedro Pablo Kuczynski son más que preocupantes al arrojar cifras como el incremento de la informalidad y un 0.2% de crecimiento del empleo a nivel nacional en el mes de abril y 0% en Lima Metropolitana.

Comercio, transporte, construcción e industria están en rojo, y si no hay un entendimiento político entre el gobierno y la oposición en el corto plazo se abrirán las puertas a candidaturas indeseables para el 2021; y lo que es peor, para los comicios municipales y regionales del próximo año, lo que significaría un grave retroceso en la consolidación del sistema democrático, obtenida con mucho esfuerzo.

Han transcurrido solo once meses y el gobierno se ha quedado sin oxígeno. El peruano de a pie y los empresarios van perdiendo la fe en éste régimen y reclaman a gritos la participación de políticos experimentados que tiendan puentes de entendimiento con la mayoría parlamentaria. Recordemos que el 80% del país votó por un programa político que es común a los partidos PPK y a Fuerza Popular; pero irónicamente, ambos navegan contra la corriente, abriendo espacios a favor de esa diminuta minoría que persiste en implantar ideas estatistas en el modelo económico vigente.

Recordemos que PPK ganó las elecciones gracias al voto antifujimorista, el cual lo tiene comprometido y del que hasta ahora no puede liberarse. Su gabinete de lujo tiene como soporte un “Caballo de Troya”, conformado por políticos y técnicos corruptos enquistados en el Estado desde regímenes pasados, al no contar el partido de PPK con cuadros propios.

Según indican los expertos, se requiere un mínimo de 3,500 técnicos altamente capacitados para ocupar cargos estratégicos en la administración pública, pero PPK no llevó ni a cincuenta. Todos fueron prestados por el humalismo y por sectores totalitarios que se infiltraron en los regímenes de Valentín Paniagua, Alejandro Toledo, Alan García y Ollanta Humala, bajo un signo común: su antifujimorismo enfermizo y la corrupción.

Por otro lado el gobierno sigue impulsando megaproyectos salpicados de corrupción e inoperancia; como la Refinería de Talara (con más de US$ 5,400 millones de inversión y nula utilidad), los Juegos Panamericanos, el Gasoducto del Sur y el Aeropuerto de Chinchero, entre otros, que nos endeudarán por décadas. ¿Por qué tropezar con la misma piedra?

Para agravar esta caótica situación, las inversiones mineras se encuentran paralizadas, tampoco se aprueba la ley de saneamiento de predios para dinamizar la construcción, la inseguridad ciudadana persiste y mantiene en zozobra a la población, las cárceles siguen hacinadas de presos, la política de salud es nula y no se advierte ninguna obra de envergadura por iniciativa del actual gobierno.

Con gran torpeza política los pepekausas se resisten a poner sobre el tapete una agenda política para debatir con la mayoría parlamentaria los “grandes problemas” que hoy confronta el país, haciendo cuestión de Estado por la permanencia de sus ministros en el gabinete, olvidando que cada uno de ellos cayó en desgracia víctima de sus propios errores. Lo que en política se paga con la renuncia o censura.

Probablemente hoy se produzca la dimisión del ministro de Economía y Finanzas, Alfredo Thorne, al no haber obtenido el voto de confianza del Congreso, lo cual es natural y previsible dentro del sistema democrático. Su ausencia no cambiará nada; por el contrario, urge un recambio del gabinete antes del 28 de julio para oxigenar al gobierno. Para ello sería importante contar con representantes de diversos sectores, que permitan enrumbar el destino del Perú hacia mejores horizontes, dentro de una política concertada y de consenso. Ello requerirá de un entendimiento con la principal fuerza política del país, dejando de lado los cantos de sirena del antifujimorismo.

Persistir en el camino equivocado nos llevará irremediablemente hacia el despeñadero. PPK se irá del país y los peruanos, como siempre, pagaremos los platos rotos.

 

Carlos Arnillas Denegri

 
Carlos Arnillas Denegri
22 de junio del 2017

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