Daniel Córdova

El arte de moderarse y conciliar

El arte de moderarse y conciliar
Daniel Córdova
13 de abril del 2016

En teoría Keiko debe ganar, pero no vivimos en un mundo teórico.

Si analizamos estadística e históricamente los resultados de la primera vuelta electoral, Keiko Fujimori la debería tener fácil en la segunda vuelta. Es primera vez desde 1995 que un candidato alcanza una votación tan alta en la primera contienda. Ha ganado 16 puntos desde 2011, y hay regiones en las que ha sobrepasado el 60% de la votación. Ha ganado espacio respecto de las elecciones pasadas en todo el Perú, salvo en Cajamarca (región que se ha quedado sin representación política). Deberá remontar alrededor de 10 puntos, mientras PPK debería subir casi 30.

¿Qué ventajas tiene Keiko además de transitar por una pendiente menos inclinada? Cuenta con una base popular y rural más amplia, con una mayoría congresal clara y con una propuesta muy parecida ideológicamente a la de PPK. Sus desventajas: un antifujimorismo más fuerte que en 2011 y una región sur en donde tendrá que hacer malabares para seducir.

¿Qué ventajas concretas tiene PPK? Menos antivoto y un crecimiento en las ciudades que podría continuar, además de la suma del antifujimorismo militante que votará por él “tapándose la nariz” (como Lourdes Flores por Alan García en 2006). No obstante, tendrá que hacer grandes esfuerzos para acercarse a la izquierda, con la cual sus discrepancias ideológicas son fuertes. Y mayor aún será el trabajo para lidiar con el voto popular. Deberá sin duda apuntar al sur, el bastión de Verónika Mendoza. Y también a Cajamarca, empezando con la anunciada visita a Santos en la cárcel.

Obviamente, de acá al 5 de junio cualquier cosa puede suceder. Ambos equipos buscarán minimizar errores y, sobretodo, mostrar una imagen de apertura, moderación y conciliación con las ideas de izquierda. En este ejercicio, Keiko la tiene más difícil. Un sector del fujimorismo se maneja con soberbia y es reticente a abrirse, a convocar caras que en el pasado les fueron incómodas. Además, como en todo grupo político, los celos están a la orden del día. Será ella la que tendrá que demostrar fuerza y habilidad para lidiar con los suyos, pensar “fuera de la caja” al buscar gente y proponer ideas que vayan más allá del populismo evidente.

Para PPK será más fácil abrir la cancha. Tiene un equipo más numeroso, con más gente fuera de la sombra y mayor poder de convocatoria. Su problema es que puede confundir su conocimiento técnico y la habilidad publicitaria de sus asesores con lo que Hugo Neira llamaba, en un artículo reciente, “lo político”. Su éxito dependerá de su capacidad para calzar sus atributos humanos (bonhomía, madurez, aparente inocencia) con propuestas políticas que exhumen paz, desarrollo social y conciliación; y convertirse en una alternativa frente al temor convertirnos en un país polarizado, que resultaría de un fujimorismo omnipresente.

Esta es la teoría. Pero como dicen por ahí, no vivimos en un mundo teórico.

 

Daniel Córdova

Daniel Córdova
13 de abril del 2016

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