Daniel Córdova

Economía política, estúpido

Economía política, estúpido
Daniel Córdova
07 de octubre del 2015

Sobre el supuesto divorcio entre la economía y la política

John Stuart Mill decía que “el que sólo sabe de economía sabe muy poca economía”, insinuando que la economía es indisociable de otros aspectos de la realidad social y política. La frase nos cae muy bien en la coyuntura actual, cuando se ha instalado la creencia de que la economía puede ser manejada por técnicos que no entienden nada de política. Y que lo que tienen que hacer los políticos para apoyar el crecimiento económico es procurar apagar el “ruido político”. “La economía va bien, la política mal”, dicen, como si corrieran  por cuerdas separadas.

Bill Clinton le ganó la elección a George Bush padre, en 1992, cuando le hizo recordar las necesidades cotidianas de la gente con una frase que quedó en los anales de la historia política: “es la economía, estúpido”. Cuando observamos la complacencia de economistas como los del Fondo Monetario Internacional, que hoy nos visitan, poniéndole de nota a la economía peruana 9.9 sobre 10, provoca invitarlos a un paseo por cualquier suburbio del Perú para que observen, por ejemplo, el déficit de infraestructura y decirles: “es la economía política estúpido”.

Ya estuvo bueno con el consuelo de tontos de comparar nuestro magro crecimiento con el de otros países de América Latina sin analizar los detalles, ni mirar a la calle. El hecho es que dicho crecimiento de menos de 3% está basado en el consumo. La inversión privada está cayendo a un ritmo de 5%, junto con la inversión pública que cae 2%. Esta última cifra es patética en lo que respecta a los Gobiernos subnacionales: la inversión de las Regiones ha caído 30% en lo que va del año y la de los Municipios, 40%.

Preguntado sobre este problema por un importante empresario, el Ministro de Economía habría respondido, orondo él: “Esa es responsabilidad de los gobiernos subnacionales, nosotros somos el gobierno central”. Darle a “técnicos” sin experiencia de campo, visión de desarrollo, ni cultura política, la responsabilidad de manejar el presupuesto público ha sido un desastre. El día en que veamos a un Ministro de Economía ir a las Regiones y preocuparse por las trabas para que la inversión privada y pública cierre la brecha de infraestructura, el país empezará a cambiar, como pasó con todos los que han logrado un nivel de desarrollo aceptable.

Algo similar sucede con las industrias extractivas. Considerar que Conga, Tía María y Las Bambas han estado en problemas por meros “conflictos sociales” es un error típico de técnicos o empresarios que no entienden de política. Los proyectos extractivos se paralizan por falta de manejo político, y lo digo con conocimiento de causa ya que lo he palpado en el campo. La falta de respaldo y coordinación con las autoridades locales que tienen todas las de ganar con estas inversiones (y lo saben), y el triunfo político de los anti-mineros, los ha condicionado, los ha amedrentado y, en algunos casos, los ha llevado a levantar las banderas “post extractivistas” como estrategia política.

No se trata de un mero problema de “comunicación”. Se trata de una incapacidad para convertir los recursos potenciales y actuales en escuelas, capacitación, negocios agrícolas sostenibles, carreteras, hospitales, etc. Y a partir de ello comunicar políticamente bien.

Los recursos y la estabilidad macroeconómica están. La estupidez de considerar que el manejo económico no requiere de habilidades políticas, también.

Por: Daniel Córdova

Daniel Córdova
07 de octubre del 2015

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