Distopías municipales

Pese al colapso de municipios no se debate reforma para modernizarlos

La distopía es un término antónimo de utopía, significa una utopía negativa; la realidad transcurre en términos antitéticos, opuestos a los de una sociedad ideal, representa una sociedad hipotética indeseable. La mayor parte de las distopías describen sociedades que son consecuencia de tendencias sociales actuales extrapoladas en finales apocalípticos.

El pasado 16 de Diciembre el Ministerio de Salud declaró cuatro distritos de Lima en emergencia sanitaria por basura. Comas, Rímac, San Juan de Miraflores y Villa María del triunfo colapsaron por la acumulación de basura en sus calles. Un millón y medio de limeños, el 17% de la población, están amenazados por la contaminación ambiental producida por el colapso económico de sus municipios.

El presupuesto de Lima metropolitana, aprobado el pasado mes de diciembre para el año 2015, suma algo mas de 1,400 millones de soles, sin embargo solo destina 15 millones para obras. Ayer Luis Castañeda declaraba que el 97% de los ingresos que percibe la Municipalidad son para pagar las planillas, lo mismo sucede en la Municipalidad de La Victoria, con el agravante que ésta debe 500 millones de soles. Técnicamente está quebrada pues ha perdido todo su patrimonio.

El 23 de Octubre describí, en esta columna, bajo el título “La Victoria en Bancarrota”, la estructura de su deuda así como el costo mensual de sus planillas. En ella mencioné, a manera de ejemplo, la planilla de los 263 obreros municipales que cuestan mensualmente la exorbitante suma de un millón cincuenta mil soles, o 4,054 soles mensuales cada uno. Asímismo mencionaba que este personal excede en su mayoría los 60 años de edad, y que liquidándolos se podrían remplazar por gente mas joven y lograr un ahorro de 700,000 mensuales u ocho millones anuales. Liquidarlos cuesta 15 millones aproximadamente. Cifra imposible de financiar con una municipalidad insolvente y que no es sujeta de crédito.

Es inexplicable que ante la evidencia del colapso del sistema municipal no se debatan seriamente las reformas necesarias para modernizar las municipalidades. Ni siquiera existe información clara respecto a los principales indicadores económicos financieros de los distritos de Lima. Hemos creado un monstruo burocrático al servicio de si mismo y no de los vecinos. Las municipalidades son una autocracia donde mandan el alcalde y el gerente municipal y donde los regidores no cuentan, ¿o acaso algún regidor de Lima se percato que Relima estaba dispuesta a hacer una “rebajita” de 24 millones de soles con tal de cobrar su deuda? ¿Algún regidor denunció o impidió que esto sucediera?

Es cierto que, a diferencia del sector privado, donde el fantasma de la quiebra obliga a una administración eficiente de los recursos, en el sector público no existe este riesgo (de quiebra), sin embargo hemos visto claramente este fin de año las consecuencias: el colapso de sus servicios.

Los titulares sobre el abandono de la basura, así como el caos municipal que heredan los nuevos alcaldes, no son noticia porque es un problema recurrente en cada cambio de administración. Sin embargo no escuché a ningún candidato a alcalde mencionar la situación caótica de los municipios a los cuales postulaban, ni los mecanismos para darles solución.

¿Sería utópico pensar en un mecanismo donde los municipios puedan recurrir para modernizarse? Tal vez extender el procedimiento de “Concurso Previo” convocado por INDECOPI, con el que las empresas que se encuentran en insolvencia pueden concordar con sus acreedores las  medidas correctivas para devolverles su viabilidad y modernizarlas. Es hora de cambiar una visión distópica del sistema municipal por una reforma modernizadora que permita aplicar los recursos municipales a favor de los vecinos y rescatarlos de las burocracias.

Por Guillermo de Vivanco Roca Rey

(08 - Ene - 2015)