El desheredado

¿Es Alejandro Toledo víctima de una persecución judicial-política injusta?      

Pobrecito Alejandro Toledo. Cuanto tiempo habrá vivido engañado creyendo que tenía una suegra millonaria. ¿Le habrá contado su esposa que el futuro de Shantall estaba asegurado pues su anciana madre tenía millones de dólares ahorrados? Lo que no me quedó muy claro es si la única confusión del yerno era por no saber si esa riqueza era producto de una indemnización por el Holocausto o por la herencia de los dos maridos fallecidos. Creo que más bien Elliane, quien sí debería conocer muy bien el patrimonio de su mamá, le debe haber agregado la cuestión de las herencias cuando vio que cifra del Holocausto le iba a resultar insuficiente.

Según las declaraciones del agente inmobiliario, la transacción para comprar y escoger la casa y oficina no se hizo en un día y nunca intervino la señora Eva Fernenbug. El agente manifestó que la “casita” de Las Casuarinas les quedaba como “anillo al dedo” pues, como comentó Eliane, tenía un ambiente apartado “que Alejandro podría usar en privado”. Lo que sí es inadmisible, pero no me llama la atención, es el “perro muerto” que la pareja le hizo al agente inmobiliario al no pagarle su comisión por su trabajo.

“Renunciare a la política si se comprueba que he tenido algo que ver en Ecoteva”, afirmó indignado ante cámaras y ante el Congreso un nervioso Toledo. Sin embargo, la mentira tiene patas  cortas y poco después la notaría panameña donde se constituyo Ecoteva lo desmintió y aseguro que la empresa se formó con la presencia de Toledo y por indicación expresa de éste. Adicionalmente, la empresa sobre la cual “no sabía nada” le había cancelado las hipotecas de sus casas en Camacho y en Punta Sal (¿?).

Ante la evidencia de los hechos, cambió una vez más su coartada: La plata era un préstamo de su amigo Maiman para que su suegra, de más de 80 años, empiece un negocio inmobiliario en Perú. Que pena le debe haber dado “descubrir” que la suegra que él creía millonaria era ahora una pobre mujer endeudada que se iniciaba en el negocio inmobiliario comprando una casa de 4 millones de dólares y una oficina por casi un millón. ¿Acaso su  primera venta sería, ni más ni menos, a su yerno y a su hija? No entiendo.

Toledo sostiene que lo quieren acusar “sin pruebas y sin una teoría coherente que sustente una acusación” ¿En serio? ¿Realmente piensa que los peruanos somos idiotas? Sostiene que se pretende vulnerar sus derechos fundamentales alegando que “como no se encuentra pruebas fehacientes que me incriminen, se requiere continuar investigando y ahora ante un juez. Una investigación así de laxa se convierte en una investigación política” (¿?).

Laxa fue su actitud de negarse a responder las preguntas del fiscal en vez de aclarar las serias imputaciones en su contra. Sus descerebrados argumentos y su irrisoria coartada los corona con algo de histrionismo: “No me detendrán, seguiré recorriendo mi país.Yo no me corro”.

¡Por supuesto que se corre! Se corrió de cada una de las preguntas que el fiscal le hizo, no contestó ni una.

Mi conclusión es que nadie podría ignorar que su suegra tiene millones de dólares, que gracias a la prensa los corruptos no duermen tranquilos, que los peruanos sabemos que las declaraciones contradictorias y risibles surgen cuando hay cosas que ocultar: millones de dólares en los que, sin duda, Toledo tiene injerencia y cuyo origen es altamente sospechoso. Es una vergüenza que no haya querido responder el interrogatorio de la fiscalía.

Finalmente, Toledo no se retira de la política por decisión propia  sino porque está descalificado moralmente ante la opinión publica, que no le cree; porque nunca volvería a ser elegido presidente. El juicio que se le siga en el poder judicial será irrelevante para el prestigio de Toledo. Y Eliane Karp es cómplice ya que ella sabía perfectamente que su mama no era millonaria, y que Maiman y la suegra son testaferros.

Esperamos que la justicia esté a la altura de las circunstancias. La población será testigo si se mide con la misma vara a los pobres y a los poderosos.

 

Por Guillermo de Vivanco Roca Rey
02 - Abr - 2015