Derrumbe de la imagen de la clase política en el Perú

Estando por finalizar la segunda década del siglo XXI, en un entorno incierto y cambiante en el ámbito económico y geopolítico, las organizaciones deben adaptarse a los cambios. Pero para hacerlo exitosamente deben contar con un clima de negocios que les permita crecer, invertir, fomentar la investigación en el desarrollo de nuevos productos o servicios, a efectos de ser más competitivos en el mercado y ser cada vez más eficientes y eficaces.

Sin embargo, uno de los grandes problemas que enfrentan las organizaciones en el mundo es la inestabilidad política y de gestión, dado que estas afectan el clima de negocios. Para analizar este tema, específicamente en materia de inestabilidad política, voy a tomar como ejemplo el actual derrumbe de la imagen de la clase política en el Perú.

Según la Encuesta Nacional Urbano Rural, de Ipsos Perú y difundida recientemente por El Comercio, en el país la imagen de los líderes de la clase política en el Perú se está derrumbando. Ningún líder de un partido político con representación nacional alcanza el 25% de aprobación.

Así tenemos que todos los líderes políticos, a excepción de uno, cayeron en su aprobación en el mes de agosto con respecto al mes de julio. Julio Guzmán cayó de 23% a 21%, Verónika Mendoza se mantuvo con 20%, Keiko Fujimori cayó de 19% a 15%, César Acuña y Alfredo Barnechea cayeron de 15% a 11%, y Alan García cayó de 10% a 7%.

Estos resultados, que muestran un escaso liderazgo político, son un reflejo —a entender de muchos peruanos— del desgaste de los líderes políticos en nuestro país. Varios representantes de la clase política en general han estado implicados, o ha sido referidos directa o indirectamente, en denuncias de corrupción. A ello se suma la ausencia de un recambio de líderes en los principales partidos políticos, así como una pobre gestión organizacional interna.

Todo ello es nefasto para nuestro país, dado que es caldo de cultivo para conflictos sociales y para el surgimiento de caudillos populistas sin un plan de gobierno serio y viable. La inestabilidad política en general, influye negativamente en el clima de negocios, lo que afecta tanto a los inversionistas locales como a los extranjeros.

Es necesario, por el bien de nuestro país que esta situación se revierta. Necesitamos partidos políticos plenamente democráticos en su gestión interna, transparentes y con planes de gobierno con objetivos y estrategias realistas y alcanzables técnica y jurídicamente, que busquen el desarrollo de nuestro país. Y con líderes intachables, que surjan de elecciones internas democráticas y con pleno respeto a los marcos normativos internos y al marco legal vigente.

Por ello es necesario que todos los políticos implicados en casos de corrupción sean objetivamente investigados y sancionados ejemplarmente, conforme al marco legal vigente. Solo así la ciudadanía y los inversionistas, tanto locales como extranjeros, podrán recuperar la confianza en el Estado peruano y sus instituciones.