Juan Carlos Valdivia

Democracia para afuera

Democracia para afuera
Juan Carlos Valdivia
21 de julio del 2014

¿Funciona la institucionalidad política en los partidos que nos gobiernan?

Un partido político requiere un ideal de sociedad, una estructura legal, una base de militantes y disciplina partidaria para tener consistencia frente a las exigencias ciudadanas y la competencia de los otros partidos. A diferencia del ejército, en los partidos las órdenes se acatan con dudas y con murmuraciones.

Y disciplina partidaria es algo que no vemos, especialmente en la coalición de gobierno a raíz de la próxima elección de la presidencia del Congreso. Las confrontaciones en el partido nacionalista por la propuesta de la dirección nacional (léase Nadine Heredia) han generado diferencias con un sector de congresistas que se resiste a la propuesta proveniente de Palacio de Gobierno.

A su vez, en el socio Perú Posible, un empoderado (nadie sabe por qué) José León dijo que ellos no estarían de acuerdo con la propuesta proveniente de la dirección del Partido Nacionalista y que evaluarían abstenerse de apoyarla.

Ambas diferencias se han resuelto de manera vertical. En el caso de los socios, Alejandro Toledo en declaraciones brindadas al diario La República, luego de verse sorprendido por las declaraciones del parlamentario: “¿de dónde saca que León…?”, afirma que “apoyamos la gobernabilidad”. Desautorizó al congresista con una sola declaración. Es decir que seguirán apoyando al partido de gobierno. Quizás le faltó decir que lo harían en tanto Alejandro Toledo tuviera pendientes con la justicia por el caso Ecoteva, pero eso sería demasiada transparencia.

En el caso del partido nacionalista, luego de unos días en que el mismo Ollanta Humala puso paños fríos hablando de buscar consensos –mientras estaba fuera del país-, la cosa se ha resuelto reafirmando la propuesta de Nadine Heredia y con ello su conducción y liderazgo en ese partido. De haberse logrado otra candidatura diferente a la que la presidenta Heredia auspiciaba, se hubiera desautorizado a la esposa de Ollanta Humala y generado así una verdadera crisis.

Y en la reafirmación del poder de la señora Heredia, nos enteramos que la congresista que lideró la disidencia, Esther Saavedra, ha sido pasada al Tribunal de Ética por haberle faltado el respeto a la presidenta del partido. Curioso Tribunal que se ha mantenido silente frente a todos los casos de corruptelas que han caído sobre varios congresistas del nacionalismo, pero que despierta apenas alguien se insubordina frente al poder de la señora Heredia.

En ambos casos se trata de organizaciones que encajan dentro de los requisitos de “partidos políticos” que exige la ley peruana, pero que en realidad funcionan como emprendimientos personales o familiares. No tienen una visión de sociedad que ofrecer a los electores. El partido nacionalista tenía una antes de que Ollanta Humala fuera electo, y tiene otra –diametralmente diferente- después de que fue elegido. En el caso de Perú Posible, el partido es Toledo, tiene algunas instancias que se reúnen formalmente, pero que dependen de la voluntad del propietario de Ecoteva.

La disciplina requiere reglas predecibles que puedan ser alegadas por quien tiene opinión diferente. Pero cuando, desde los Estatutos, todo depende de la presidencia del partido, estamos ante organizaciones predican la democracia para fuera y practican el autoritarismo para adentro. Lo estamos viendo en el caso de los dos partidos que cogobiernan.

Por Juan Carlos Valdivia

Juan Carlos Valdivia
21 de julio del 2014

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