De todos menos mía

¿De quién es la culpa de los problemas que enfrenta el país?

¿Qué es lo que realmente detiene a nuestro país? Para quienes ven al Perú desde la escena política es el Congreso de la República, con diez meses de actuación política. Y en ese aspecto, la manera en que se ha conducido la bancada mayoritaria de Fuerza Popular, la agenda fujimorista, las reformas políticas pendientes, así como la relación con el actual gobierno.

Para quienes buscan entender lo que sucede en nuestro país a través de la economía, son los índices de crecimiento actuales. Si bien distan mucho del crecimiento obtenido hace diez años, con medidas concretas podrían superarse. De igual forma, el ritmo en el que marchan diversos megaproyectos que representarían cerca de US$ 18,000 millones para nuestro país.

Ignoro si algunos ven al país desde el deporte, pero como muchos, espero ver campeón a Alianza Lima, menos violencia en los estadios, y mayor apoyo a otras disciplinas deportivas.

Desde la educación y la cultura, no hace poco se hablaba de que leíamos poco menos de un libro al año. Lo que significa que el esfuerzo por impulsar la lectura debe redoblarse, si no cambiar el discurso con el que buscamos impulsar este hábito.

¿Qué hace que el Perú no pueda ocupar un lugar más preponderante en el mundo, el que por espacio e historia debería tener? ¿Su clase política? ¿Sus economistas? ¿El precio bajo o alto de los minerales? ¿Sus empresarios? ¿Su prensa? ¿Sus leyes? ¿El sistema? ¿Sus jueces? ¿Sus futbolistas?

Tengo una manera más simple de ver las cosas. Me atrevería a decir que gran parte de la situación que vive un país recae en su gente. Nosotros: quienes hacen los sistemas, eligen sus congresistas y presidentes, van a los estadios, hacen poco o nada con su silencio frente a la corrupción, cumplen o no las leyes. Pero es más fácil decir que la responsabilidad de un estado de cosas es de todos, menos de uno mismo.

Daron Acemoglu y James Robinson en el libro Why Nations Fail dicen que el triunfo de un país está en sus instituciones. Pero, ¿quiénes hacen las instituciones? ¿Serán acaso esa gran mayoría que lee un libro al año?

Cuando viajo por mi país escucho y observo lo que pasa alrededor. Y me convenzo más de la necesidad de una reingeniería mental, de hacer una introspección personal y ponernos a leer algo más que el diario del día. Creo que por ahí podríamos comenzar.

Arturo Valverde