Cumplir lo que se promete…

Crítica a los métodos que utilizan algunos para medir el calentamiento global

Les comenté que la “pausa” de la elevación de temperatura desde hace 18 años, hecho comprobado por mediciones satelitales, es en contradicción con los modelos informáticos utilizados por los alarmistas y les prometí unas informaciones adicionales.

Internet es incómodo a los adeptos del malthusianismo de servicios porque no permite que se olvide lo que se anuncia, y porque siempre hay personas dispuestas a traernos el recuerdo. Un ejemplo de esto es la discusión que hubo en el 2011 alrededor de la desaparición de los 50 millones de refugiados climáticos anunciados para el 2010, con suma de detalles, por la ONU, en el 2005.

¿Qué tal con la temperatura? Según los resultados de los modelos informáticos difundidos por la prensa alarmista, la temperatura de la tierra debería incrementarse entre 1.7 y 4.8 grados al horizonte del 2100. La tremenda amplitud de los modelos (3.1°C), en comparación con el débil incremento medido desde 1850 (+0.7°C, sin discutir todavía los errores de medición) se debe, entre otras razones, a la multitud de escenarios en cuanto a emisiones antrópicas de CO2. La previsión baja incluye una fuerte reducción de nuestras emisiones, lo que no ocurrió. ¡Todo lo contrario!

¿Y qué hay entonces sobre la previsiones o mejor dicho, en este caso, de las premoniciones?

El doctor R. Spencer de la NASA nos ofreció el comparativo de modelos versus la temperatura medida por satélites (UAH y RSS) en este gráfico. Otra representación de esta información, que tiene la forma indigesta de un plato de fideos -en el informe 2013 del IPPC- fue bastante comentada ya que reemplazó una figura mucho más clara.

O sea los modelos fracasaron en predecir la evolución de temperatura a corto/mediano plazo. ¿Piensan que lo lograran a largo plazo? Yo digo que, si trata de temperatura, ¡la realidad no siempre supera la ficción!

Ahora que saben que la temperatura actual no aumentó en 18 años y está más baja que la temperatura prevista por los modelos alarmistas. ¿Ven ustedes una emergencia climática? Frente a este fracaso ¿piensan ustedes, razonable “cambiar el sistema, no el clima”?

Quisiera hacerles esta otra pregunta: ¿puede realmente un modelo matemático y/o informático predecir el porvenir?

En verdad, pienso que no. Por una parte muchos modelos son calibrados con números limitados de parámetros (en el caso climático, unas de las principales limitaciones está relacionada al comportamiento de los océanos o la formación de las nubes) que no pueden representar la infinita complejidad del mundo real. Además, en el caso de los modelos climáticos no olvidemos que son calibrados para responder a un incremento de CO2 antrópico. En otras palabras, se postula que un incremento de CO2 haría subir la temperatura, se calibra los modelos para que así funcionen, se realiza la simulación con tremendas computadoras y se logra concluir – oh sorpresa – que un incremento de CO2 hará subir la temperatura. En este caso el lema “Trash in – Trash out” de los informáticos toma todo su sentido.

Por ende, como lo muestra este artículo crítico, el hecho que un modelo matemático (en este caso una ecuación exponencial propuesta por Hofmann et al.) reproduzca bien el pasado, como lo enseña la figura 1 (podríamos decir que el modelo prevé bien el  pasado), no garantiza que dicho modelo sea capaz de predecir correctamente el futuro. El autor, C. Loehle, muestra así que otros tres modelos que él propone (ecuación respectivamente exponencial, cuadrática y modelo calificado de “saturación”) pueden representar mejor la evolución de tasa del CO2 en el pasado que el modelo original de Hofmann (según sus respectivos coeficientes de correlación “R2”, ver fig. 2), pero presentan importantes divergencias cuando se prueba extrapolarlos a futuro (ver fig. 3)."

Podríamos concluir que predecir el porvenir es un arte difícil, ¡en particular cuando se trata de adivinar el futuro!

Por Vincent Dumortier
(11 - nov - 2014)