María Cecilia Villegas

Cuando el poder legitima la violencia

Acabar con la violencia de género es responsabilidad de todos

Cuando el poder legitima la violencia
María Cecilia Villegas
16 de febrero del 2017

Acabar con la violencia de género es responsabilidad de todos

Hay injusticias e injusticias. Y aquellas que se cometen contra niños, incapaces de defenderse, sin acceso a medios ni protección, deben ser de las más difíciles de soportar. Hace unos días una adolescente de catorce años colgó en redes un video dirigido a la ministra de la Mujer, pidiéndole ayuda para que su todopoderoso padre no la saque del país, ya que teme no volver a ver a su mama.

Historias como esta se repiten a diario. Historias de violencia de género, que sin embargo están invisibilizadas porque creemos equivocadamente que la violencia de género pertenece al ámbito privado de la familia. Creemos que de eso no se debe hablar, nos incomoda, no nos toca, lo creemos lejano. Y así hemos hecho que las víctimas de la violencia contra la mujer se llenen de vergüenza, porque les hacemos creer que son las responsables: porque se lo buscaron o porque lo permiten.

La violencia contra la mujer es transversal, ocurre en todos los estratos sociales, en todas las ciudades del país y en todos los países del mundo. Ello sin importar el nivel de educación de la mujer, su acceso al mercado laboral ni sus recursos económicos. La violencia contra la mujer en todas sus formas —psicológica, física, sexual, financiera y económica— es causada por el control que busca ejercer un hombre sobre esa mujer. Es una muestra de poder, de superioridad. El hombre la considera un objeto y reclama su derecho de propiedad a través de la violencia, el control o ejerciendo su supuesto derecho a poseerla cuando quiera. Y si para ello debe utilizar a sus hijos, pues lo hará sin dudarlo.

El Perú tiene una de las incidencias de violencia contra la mujer más altas de Latinoamérica. Según la OMS, 69% de mujeres rurales y 51% de urbanas han sufrido violencia física o sexual. ¿Sabía que el 55% de las mujeres peruanas considera que la violencia física es el principal problema que deben enfrentar? ¿Y que una de cada dos mujeres siente que las peruanas no están seguras dentro de su propia casa?

El Informe del Banco Mundial sobre Igualdad de Género y Desarrollo reconoce que si bien ha habido progreso en el acceso de las mujeres a la educación, salud y al mercado laboral, la equidad de género aún está lejos de ser una realidad. En muchas partes del mundo, como en el Perú, las mujeres siguen siendo consideradas como ciudadanas de segunda categoría. Y es claro que en nuestro caso las mujeres no tienen las mismas posibilidades de lograr acceder a la justicia como sus pares.

¿Cuántas mujeres pierden años recorriendo juzgados buscando el reconocimiento de sus hijos? ¿Cuántas luchan por una pensión para alimentarlos? ¿Cuántas solo reciben centavos porque los “valientes” ponen sus propiedades a nombre de sus amigotes y esconden sus ingresos? ¿Cuántas mujeres mantienen relaciones por el terror que les produce que les quiten a sus hijos? ¿A cuántas, como a la mamá de la niñita del video, lograron efectivamente quitarles a sus hijos? Entre las cosas que más golpean está la indiferencia de los peruanos. Conocemos las historias, pero no hacemos nada por ayudar a estas mujeres y a sus hijos.

Este caso reviste particular importancia, porque el padre es un hombre bastante rico y se valió del poder político que le habría brindado la cercanía a Nadine Heredia para lograr separar a la niña de su mamá.

Acabar con la violencia es responsabilidad de todos. El futuro de niñas como ella está en las manos de jueces, en el Poder Judicial peruano. Pero está también en el poder de los ciudadanos exigirle al Estado administrar justicia y tutelar los derechos de todas las mujeres y de sus hijos.

#VIDEO: Ministra @amromerolozada, hija de @MariaElenaLlan4 hace grave denuncia. @Mimp_Peru pic.twitter.com/dqCffkYkkF

— #Noticias del #Perú (@peruenlanoticia) 13 de febrero de 2017

Por María Cecilia Villegas

María Cecilia Villegas
16 de febrero del 2017

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