Fernando Cáceres

¿Creando “cultura tributaria”?

¿Creando “cultura tributaria”?
Fernando Cáceres
06 de agosto del 2014

Reflexiones sobre el Aporte Obligatorio al Sistema de Pensiones

El aporte de los independientes ha encendido el debate acerca de si el Estado debe obligarnos a destinar parte de nuestros ingresos a un único esquema de ahorro, administrado por las AFPs y ONP. Y es que no solo los liberales cuestionamos este sistema para dependientes e independientes, sino que ahora se han sumado a la causa los progresistas y socialistas, no por principistas sino simplemente por verse directamente afectados por el intervencionismo estatal que usualmente aplauden.

El mejor, sino único, argumento para defender las aportaciones obligatorias, sea de los dependientes o independientes, es que la gente no suele guardar “pan para mayo”. Y, sin embargo, Richard Webb acaba de cuestionarlo severamente al afirmar que el promedio de ahorro de los que aportan y los que no aportan al sistema previsional es muy similar, y que las familias peruanas se encuentran entre las que más ahorran. Si esto es cierto, estamos frente a un punto de inflexión a partir del cual debemos repensar todo el sistema de seguridad social.

El objetivo del sistema debiera ser generar la mayor seguridad social posible para la mayor cantidad de trabajadores. Esto simplemente no puede lograrse si no se parte por reducir la carga laboral y tributaria. Por ejemplo, en el caso de los independientes, tenemos que de aproximadamente 5 millones de peruanos que trabajaban bajo esta modalidad, tan solo alrededor del 9% son formales. Así, lo que está haciéndose al obligar a aportar a los independientes es impacto en el bolsillo solo de “4 gatos”. Sí, 4 gatos indignados, pero solo 4 gatos, quienes encima deberán directa o indirectamente financiar a todos los que no aportan ni un cristo. ¿Tenía sentido introducir esta obligación sin flexibilizar el régimen laboral y simplificar la tributación?

De otro lado, es un sinsentido que so pretexto de generar más competencia, se obligue a los nuevos trabajadores, dependientes e independientes, a ingresar a una sola AFP. No solo porque vulnera nuestro derecho a elegir (ese que para muchos suele ser irrelevante en los mercados, hasta que les toca el bolsillo), sino porque restringe severamente la competencia por calidad en el mercado, en perjuicio de las mayorías.

Para lo único que sí puede servir la obligación de aportar de los independientes es para crear conciencia tributaria, conciencia de que todos somos en mayor o menor medida contribuyentes. Claro, las aportaciones no se venden como impuestos. Pero… ¿cómo se llama a aquél monto que el Estado detrae de nuestros ingresos para trabajar por el interés público? Alguien puede responder que no es por el interés público sino privado. Pero incluso aceptando este argumento, el solo hecho que las AFPs no puedan invertir el total de nuestros aportes en las oportunidades de inversión más rentables en el mundo, teniendo un límite de 40% para invertir en el extranjero, convierte a estos aportes en la práctica en impuestos. Y sin necesidad de realizar este razonamiento, les aseguro que muchos asimilarán esta obligación al pago del impuesto a la renta.

Por eso, para lo que sí puede servir el aporte de los independientes es para crear cultura tributaria en la ciudadanía. Para darnos cuenta que somos mucho más contribuyentes de lo que creemos, y a la vez, comenzar a exigir del Estado servicios de calidad a cambio. Contribuyentes por Respeto.

Por Fernando Cáceres Freyre

Fernando Cáceres
06 de agosto del 2014

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