Alfonso Baella

Control de daños: Peor que el daño

Control de daños: Peor que el daño
Alfonso Baella
24 de octubre del 2014

Otra vez el gobierno lleva al país al terreno de la confrontación estéril y anacrónica

Es incomprensible, a primera vista, el control de daños realizado por el gobierno ante la reaparición del caso originado en el ilegal resguardo a la casa de Oscar López Meneses. Y resulta desconcertante que al responder o contener una crisis la ha magnificado, al punto que el ambiente político se retrotrae a la época de Juan Jiménez o René Cornejo, cuando la obsecuencia, el blindaje y la sinrazón eran el argumento cotidiano.

Y nos sorprende porque la propia presidenta del Consejo de Ministros, Ana Jara, había marcado con claridad una postura que, aunque muchos podríamos no compartir, era una posición legítima: el presidente no iba a asistir al interrogatorio de la comisión OLM. Más de 36 funcionarios públicos habían declarado ante la comisión OLM y se había entregado ya importante información, pero cuando ya prácticamente se daba por sentado que no habría interrogatorio al presidente ocurrió un hecho repentino.

El Jueves pasado, la propia Ana Jara enfiló baterías contra la oposición con más adjetivos que argumentos y empezó la que ha sido una de las semanas de menor nivel en la política peruana. “Fujimorista no come fujimorista” dijo, alegando que Juan Díaz Dios no estaba interesado realmente en la verdad sino en el presidente. Luego vino el ministro Daniel Urresti que llamó a OLM “Frankenstein e injerto” del fujimorismo. Cateriano encajó refritos fujimontesinistas a quienes acusan al gobierno de estar detrás de la ilegal protección; y Abugattás le puso la cereza al pastel con la pregunta ¿Nos creen boludos? que, en realidad, más parecía afirmación.

Los ministros Jara, Cateriano, Urresti, Figallo y Otárola salieron con el pie en alto. Los congresistas  nacionalistas Teves, Abugattas, Gutiérrez, Tejada y Gamarra hicieron lo propio. El gobierno, equivocadamente, reaccionó en exceso y, pisando el palito de OLM, siguió la agenda de la oposición. Mientras tanto, la agenda nacional -una vez más- fue dejada de lado y los peruanos quedamos como espectadores de una pelea de callejón.

Hubiera sido bueno para el país que Jara, sus ministros, los congresistas del oficialismo y Nadine Heredia, su lideresa más importante –y poderosa según la última encuesta del poder- se hubieran dedicado, con ese mismo entusiasmo y coordinación, a promover la inversión privada –que se ha desplomado a 0.2% para este año- , a destrabar los proyectos paralizados por decenas de miles de millones de dólares, y a generar la seguridad y confianza que el país necesita. Hubiera sido mejor eso que regresar a este terreno de enfrentamientos estériles y anacrónicos.

Esta es una prueba más de que la política es despreciada por el Presidente y que, en su lugar, opta siempre por el conflicto. Siempre la guerra a la paz. Siempre dinamitar a tender puentes. Siempre excluir a incluir. Mucho más daño ha hecho el control del daño que el daño mismo. !Qué paradoja y que nueva frustración!

Por: Alfonso Baella Herrera

(24 - oct - 2014)

Alfonso Baella
24 de octubre del 2014

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