Alfonso Baella

Contraloría de espaldas al país

Contraloría de espaldas al país
Alfonso Baella
12 de diciembre del 2014

Los ciudadanos desamparados por el estado, a merced de la corrupción

El portazo en la cara con que la Contraloría General de la República respondió, en los hechos, a la denuncia de la ex procuradora Yeni Vilcatoma, llama la atención por muchas razones.

En primer lugar vulnera sus propias atribuciones como ente directriz y fundamental del Sistema Nacional de Denuncias (Sinad). La razón es muy simple: No atendió de manera adecuada la denuncia interpuesta a pesar de evidenciarse actos ilegales, por lo menos sospechosos, que afectan a recursos del Estado y que concitan el interés público.

Se limitó a justificar su inacción y, luego de estudiar la denuncia por escasas 2 horas, se pronunció poniéndose de perfil: "Luego de revisar cuidadosa y detalladamente la denuncia presentada, el SINAD ha concluido que los hechos expuestos en ella no se refieren a actos u operaciones arbitrarias o ilegales que afecten los recursos y bienes del Estado en una entidad pública, es decir, se trata de sucesos que están fuera de su esfera de competencia". ¡Respuesta inverosímil!

Y los ciudadanos nos quedamos sin el amparo y a merced de la impunidad. Peor aún, nos quedamos con el recuerdo que ha sido esta Contraloría la que no vio nada de lo que pasó en Ancash, Lambayeque o Piura. Y cuando lo vio, se demoró años en pronunciarse y ahora que le traen indicios razonables resuelve a favor de la impunidad en apenas 24 horas; pero además sin contestarle a la denunciante sino haciéndolo público para enviar un mensaje que ha desmoralizado a los ciudadanos y ha concitado el aplauso de la corrupción.

No ha sido un papel decoroso. Más parece una resolución por encargo o por razones que no se conocen aún. Y así como el Ejecutivo no ha estado ni está a la altura de las circunstancias, tampoco lo están la Fiscalía, la Procuraduría, el Poder Judicial, el Congreso y, como se ha comprobado, tampoco la Contraloría.  El país se sacude porque no resiste más caprichos, más consignas y más abusos palaciegos. Tampoco más genuflexión de instituciones que deberían estar dando muestras de dignidad e independencia.

Ya llegará la hora de ajustar las cuentas y en ese reloj cada minuto nos lleva hacia el final de este desgobierno.

Por Alfonso Baella Herrera
(12 - dic - 2014)

Alfonso Baella
12 de diciembre del 2014

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