Édgar Villanueva

Contraloría, corrupción, gobernanza y goles

Contraloría, corrupción, gobernanza y goles
Édgar Villanueva
06 de octubre del 2017

Para ganarle en la cancha a los corruptos

 

“Goles son amores y no buenas razones”

Finalizando este artículo, el Perú ganó un punto de oro a Argentina y se desata la euforia en todo el país, con la esperanza cada vez más grande de llegar al mundial. El fútbol es pasión y elemento catalizador de los peruanos, y todos deseamos ver a nuestro equipo en la liga mayor de este deporte: el Mundial de Rusia 2018. Pero así como en el fútbol, debemos anhelar que nuestro país juegue en las grandes ligas del progreso (OCDE); para avanzar hacia ese norte hay muchos campeonatos que disputar. Uno de ellos es, sin duda, ganarle a la corrupción que carcome al país. Debemos cultivar la ilusión de vencer a este cáncer poniendo manos a la obra, especialmente quienes tienen la enorme responsabilidad de encabezar esta guerra: el Gobierno, el Congreso, el Sistema de Justicia y el Sistema de Control.

Hay un nuevo puntero en la Contraloría General: Nelson Shack Yalta, hombre que ha recorrido muchas canchas dentro del Estado, con experiencia y honestidad que nadie pone en duda. Él se ha comprometido a reorganizar totalmente el equipo de la Contraloría y jugar a la vanguardia del Sistema de Control. Enhorabuena, todos los ciudadanos saludamos su objetivo transformador.

Shack, según ha expuesto, no solo apunta a la gran corrupción, como Lava Jato, sino a aquella que pareciendo menuda resulta enorme por sus efectos nocivos, pues atenta contra los más pobres. Sí, esa que está en los municipios distritales, provinciales, en los gobiernos regionales y órganos desconcentrados; una lacra que ha aumentado exponencialmente junto al crecimiento económico de los últimos tres lustros, llegando a los lugares más recónditos del país. Para esa labor, Shack ha anunciado que Contraloría capacitará a 4,000 mil ciudadanos que colaboren con la fiscalización de la ejecución de obras. Consciente de que el Sistema de Control solo no podrá desterrar a los corruptos, apela a la fuente de legitimidad: Los ciudadanos.

Saludamos su iniciativa, tenemos que hacer goles también en esta cancha. Estamos seguros de que el pueblo lo respaldará si esa es la línea. Esta será una alianza de inclusión ciudadana en la administración del poder. Es un instrumento novedoso para avanzar hacia la gobernanza que construye horizontalidad democrática en el manejo de la cosa pública.

En ese orden, queremos sugerir al contralor algunas ideas:

1.- El pueblo inerme ante los corruptos

Las comunidades, barrios, pueblos y apafas hacen gestiones buscando que los municipios, gobiernos regionales o ministerios asignen recursos a las obras que ellos consideran prioritarias. En muchos casos financian sus perfiles y hasta estudios preliminares. Las autoridades municipales, regionales o parlamentarias procesan los pedidos y, ya sea con sus recursos o mediante gestiones, logran el presupuesto para muchas de ellas.

Está claro que el más interesado en una obra es el ciudadano beneficiario, que gracias a sus reclamos y gestiones consigue, en muchos casos, los recursos financieros o presupuestales. Pero pasa que, asignados los recursos para la obra, los corruptos arman su propio camino y el primer paso es la exclusión, precisamente, de los promotores o gestores que representan a la población beneficiaria; para tener las manos libres y así, con el poder que manejan, empezar su camino hacia el diezmo, quedando la ciudadanía inerme e indefensa.

¿Cómo operan los corruptos? Una de las modalidades más frecuentes para montar el engranaje, comienza en la elaboración del expediente direccionado a la medida de la empresa corruptora. Incluso estas empresas elaboran los expedientes para “asegurarse” ganar la licitación y “garantizan” a la autoridad corrupta “su” diezmo. Ganada la licitación muchas obras no se culminan por diversos pretextos o maniobras, y pasan (en complicidad con las autoridades corruptas) a largos procesos de arbitraje, los cuales siempre pierde el Estado, y con él la población.

2.- A la corrupción la podemos golear, con ciudadanía empoderada

Toda la podredumbre corrupta es evidente. Y una manera más eficaz de combatirla es haciendo participar a la ciudadanía otorgándoles poder. Resulta fundamental dar un marco legal para validar la fiscalización de los beneficiarios organizados, y que estos tengan participación efectiva, mediante representante electo de beneficiarios y con derechos a: priorización de la obra, gestión para la obtención de recursos, observación y opinión en la elaboración de las bases de licitación, tener un representante en el comité de adjudicación, fiscalizar la ejecución de la obra, y ser considerados como parte de la cadena de fiscalización ante la Contraloría, el Congreso, el Ministerio Público, los municipios, los gobiernos regionales, los ministerios, las policía y las procuradurías anticorrupción.

Si los más interesados en que se haga una buena obra son los beneficiarios, entonces debemos empoderarlos a ellos para que combatan la corrupción y para asegurar que las obras se hagan con transparencia y al servicio del pueblo. Ganemos en la cancha a los corruptos.

¡Arriba Perú!

Edgar Villanueva

Édgar Villanueva
06 de octubre del 2017

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