Daniel Córdova

Concurso de seducción virtual

Concurso de seducción virtual
Daniel Córdova
06 de abril del 2016

Las redes y el poder de los gestos para el 10 de abril

Esta elección es sin duda la primera en la que el concurso de seducción por el voto está determinado por gestos e imágenes replicadas en redes sociales hasta convertir a los candidatos en actores de largas piezas de teatro diarias.

Hubo un tiempo en el que la política era el arte del boca a boca, de las grandes manifestaciones a las que uno asistía o se enteraba al día siguiente por los diarios. Fue cuando el “banderazo” del joven Fernando Belaunde, del cual solo tenemos fotos en blanco y negro, lo catapultó como un líder político que sería Presidente dos veces.

Luego vino la TV, y el show empezó a intensificarse. Pero las entrevistas y los debates seguían siendo hasta cierto punto de vista controlados. El entrevistado o el contrincante se preparaba y todo se jugaba en terreno firme. Nadie te filmaba sin que no lo supieras. Había entonces que encontrar la frase de impacto. Luis Bedoya en su debate frente a Jorge Grieve que intentaba seducir a la audiencia como tecnócrata: “los técnicos se alquilan” y chau. El debate Fujimori – Vargas Llosa (el Sr. Vargas) fue sin duda determinante para que el primero se presente como alguien más cercano a la mayoría de peruanos. Podemos serguir con Toledo y la marcha de los 4Suyos , el encanto en plazas de Alan II en 2006 y Nadine con Ollanta con polo blanco, jugando a la pareja perfecta frente a cámaras el 2011.

Esta elección, en cambio, ha estado marcada por la vigilancia de los teléfonos inteligentes y el poder de las redes sociales. La fallida candidatura de Guzmán producto de un minucioso trabajo en redes: le falló la habilidad legal que tienen los cuadros de la política tradicional para inscribirse bien. A pesar de que estuvo basada en un cambio de legislación, la separación de Acuña y Huaroc fue el producto de videos telefónicos que probaron la entrega de dádivas (que sea una norma estúpida es otro tema)., Barnechea perdió viada por gestos casi invisibles para quien estaba a su lado, como devolver un sombrero y rechazar un chicharrón. Que no saludara a Meche en un evento fue un gesto que, denotó su falta de experiencia como político. Y aprovechado por José Chlimper, fue repetido hasta el cansancio.

El debate del domingo, más que por la impresión que dio en la gente, importó por su efecto en redes. Keiko estuvo en lo suyo: minimizando errores, logró que la firma de su compromiso por respetar la democracia se quede grabada . PPK no estuvo bien leyendo su discurso pero reflejo esa imagen de seriedad que en el fondo gusta a mucha gente. Barnechea tuvo el acierto de disculparse y hacer desaparecer de redes sus desplantes. Veronika, seamos sinceros, fue la mejor. Mientras más la ataquen, más avanzará., sin embargo, el hit fue Olivera y su ensayada acusación contra Garcia, quien nos hizo recordar que si queremos construir país no debemos olvidar que a los políticos tenemos que exigirles rendir cuentas. Es probable que ello sea responsable del entierro electoral de García o, tal vez, de su retiro de la elección por una puerta menos chica que una humillante derrota: podría así direccionar sus votos hacia Keiko y PPK. De esta manera podría cumplir con aquello de que “no es capaz de poner presidentes pero sí de evitar que alguien (Verónika) lo sea”.

Daniel Córdova
06 de abril del 2016

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