¿Comunicación estratégica para el fujimorismo?

Para refutar los falsos relatos existentes sobre Fuerza Popular

Estimado lector, hasta hoy la estrategia política del gobierno del presidente Pedro Pablo Kuczynski ha sido eficiente en el logro de los objetivos planteados. De alguna u otra manera, los estrategas pepekausas no se han equivocado cuando decidieron que —a falta de calle y mayoría parlamentaria— utilizarían encuestas y periodicazos como arma de negociación. No obstante, pasa lo contrario con la fuerza fujimorista. Si bien en las últimas semanas la mayoría parlamentaria naranja ha demostrado dominio del arte de la política —a semejanza de las viejas tradiciones— pareciera que se han olvidado de que la política también significa comunicar de forma estratégica.

¿Por qué hacemos esta afirmación? Porque de alguna manera desde el fujimorismo no se han desplegado estrategias de comunicación para quitarse de encima varias “etiquetas” que los estrategas pepekausas han logrado imponerle: por ejemplo, de ser un partido “obstruccionista”. En los manuales de la guerra se dice que tiene mayores probabilidades de ganar la partida el ejército que prepara y ocupa primero el campo de batalla. De alguna manera, desde el Ejecutivo —con el apoyo de algunos medios de comunicación y periodistas— se ha diseñado un campo de batalla perfecto para enfrentarse al fujimorismo en el Legislativo.

Ahora, si bien el grupo naranja supo responder, lo hizo apelando a la experiencia de un partido que lleva tres legislaturas sucesivas en la oposición. En el voto de confianza al gabinete Zavala, los fujimoristas demostraron que sabían jugar aunque ellos no hayan preparado el terreno. Los mismo sucedió para otorgar facultades al Ejecutivo. Sin embargo, a pesar de que la mayoría parlamentaria fujimorista ha concedido terrenos al ejecutivo —con duras negociaciones, desde luego— la percepción no ha cambiado, y dudamos que llegue a cambiar. Por ejemplo, si uno revisa la votación del pedido de facultades se encontrará que el fujimorismo aprobó los cinco capítulos, en tanto que el Frente Amplio rechazó uno de los más importantes: el pedido de reactivación económica. Pero la percepción sigue siendo de que el partido obstruccionista es Fuerza Popular y no el Frente Amplio. Otro partido habría desarrollado una intensa estrategia de comunicación para espantar el muro de humo levantado por la estrategia pepekausa.

Así pues, todo indica que se ha impuesto un solo relato: el del Ejecutivo. Si el fujimorismo no despliega una estrategia de comunicación más eficiente, la percepción de que es el partido “obstruccionista” se irá endureciendo; a pesar de que los hechos indiquen lo contrario, el grupo naranja será indicado con el dedo acusador. Vale recordar que algo así ya pasó antes. En las elecciones presidenciales no solo ganó PPK a Keiko, triunfó también un relato antifujimorista poderoso.

Iván Arenas