José Luis Tapia

Compromisos ilegítimos de PPK

Compromisos ilegítimos de PPK
José Luis Tapia
01 de julio del 2016

Los firmados con la CGTP, SUTEP, SUTESAL y otros sindicatos

Para quienes tenemos bien en alto los valores de una sociedad libre, los compromisos asumidos por PPK con los grupos mercantilistas no tienen ningún valor moral y son francamente antieconómicos. Me refiero directamente a lo firmado con los sindicatos pesqueros y de construcción civil, rondas campesinas, CGTP, SUTEP, SUTESAL, confederaciones campesinas, Capeco y coordinadoras de víctimas de la violencia política.

En todos esos compromisos hay un patrón común: quieren nuestro dinero. Y claro está, tienen una creatividad alucinante para pedir una y otra cosa; desde prohibir la construcción de embarcaciones pesqueras hasta que les otorguen viviendas productivas. Por ejemplo, los pesqueros quieren un seguro de pensiones y, no conformes con eso, también la prohibición de más sindicatos de armadores, que quieren competir con los pescadores artesanales. En las rondas campesinas pasa algo similar, pues quieren su propio micro estado de derecho: justicia indígena descartando el sistema actual. Ah, y quieren becas internacionales para sus hijos y acceso gratuito a la salud estatal. ¿Algo más?

También tenemos al mercantilista sindicato de la CGTP. Siendo ellos más astutos que el resto, quiere nuestro dinero en grandes proporciones. Presionan para fortalecer el mercado monopólico de negociación colectiva, con tal de elevar los sueldos y salarios por la fuerza. Además quieren más empleo de lo que el mercado les puede dar de manera económica. No se queda atrás SUTESAL, el gremio que más teme a la privatización de Sedapal. No quiere que ni siquiera una concesión privada se haga cargo de reducir las tarifas de agua. Estos dirigentes egoístas quieren condenar a todo el Perú a proveerse de agua solo por horas, al oponerse a la inversión privada de las EPS.

¿Y qué hay con los gremios de pequeños productores campesinos? No son tontitos. Saben más de negocios con el gobierno que cualquiera de nosotros. Le han sacado a PPK una tajada nada despreciable. Buscarán cómo hacer los cambios necesarios en el MEF y Minagri para financiar programas sociales dirigidos exclusivamente a ellos. Se construirán reservorios, riego tecnificado y baños ecológicos; también fomentarán tecnologías de la información y comunicaciones (con celulares de alta gama), y construirán viviendas productivas.

Por otro lado, nuestros buenos altruistas de la SUTEP van en defensa de la escuela pública gratuita, aunque a estas alturas nadie le cree a este gremio. Todo cuesta, hasta ponerse un par de zapatillas para hacer educación física. Sutep quiere cerrar la brecha de inversión en infraestructura para arruinar a la escuela privada. No conforme con su afán destruccionista quiere elevar el gasto del tesoro público al 6% del PBI para financiar a alumnos de escasos recursos; en otras palabras, a la clase media. Como es lógico los realmente pobres nunca podrán estudiar, sino trabajar. Y como postre, quieren incrementar los sueldos con una base mínima de 2,000 soles mensuales. Y para que no digan que todo es dinero —pero en el fondo sí lo es—, la Sutep quiere capacitaciones, evaluaciones blandas en clases y cumplimiento obligatorio de todo mandato judicial en materia de salarios (pero nada dicen de meter a la cárcel a profesores violadores). Y algo importante: respeto a la institucionalidad monopólica del SUTEP para la negociación colectiva. Ya sabemos en qué acaba esto.

Para cerrar con esta expoliación masiva de nuestro dinero, la coordinadora de víctimas de la violencia política quiere su pago de reparaciones económicas actualizadas actuarialmente y con tasas de interés de mercado, para individuos y colectivos. Además solicitan servicios de educación y salud, pero les faltó pedir becas internacionales de estudios. Por supuesto, como buenos izquierdistas no se olvidan de su Lugar de la Memoria en Ayacucho, porque son descentralistas. Y el compromiso más injurioso es que el gobierno se someterá a las sentencias de lo que diga la ONG Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Como se ha podido advertir, todo este peticionario inmoral de nuestro dinero es antieconómico por donde se lo mire. Los grupos de presión han visto la debilidad institucional de la democracia encarnada en el Ejecutivo. El gobierno de PPK no es un contrapeso de la defensa de nuestros derechos individuales a la vida, libertad y propiedad privada. Claro está, para contrarrestar esta ola de derroche hay que buscar estrategias para el desconocimiento de estos compromisos porque son lesivos a nuestros derechos humanos. Además, un nuevo gobierno tiene toda la capacidad política para postergar estos inhumanos compromisos que obligan a gente productiva a seguir trabajando para pagar caprichos de otros. Nada está dicho, pero la derecha mercantilista debe tener el coraje de no ceder ante estos grupos de presión. Hay formas creativas de patear el problema para más adelante y dejarle estas bombas de tiempo para un futuro gobierno del Frente Amplio.

José Luis Tapia Rocha

 
José Luis Tapia
01 de julio del 2016

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