¿Cómplices oficiales?

Sobre la ineficiencia y lentitud extrema en la SUCAMEC

Desde inicios del gobierno de Humala, el evidente desconocimiento absoluto del ritmo real de la vida económica llevó a la paralización del aparato público mientras ¨aprendían¨ de qué se trataba el tema que el comandante les había encargado, en su calidad de miembros del Partido Nacionalista o amigos de él o su esposa.

La DICSCAMEC pasó así a ser SUCAMEC, una Superintendencia con autonomía presupuestal para contratar. La tónica de dichas contrataciones siguió el criterio (o mejor dicho la absoluta ausencia de criterio) expuesto en el párrafo anterior. Lo mismo es aplicable a la ONAGI.

Emulando la caricatura de Dick Tracy (que, me imagino, el bisoño equipo de SUCAMEC no alcanzó a conocer), a la que ha mostrado tanto afecto esta desorganización gubernamental, el lema fue y sigue siendo ¨alto la acción¨.

Respaldado en una normativa nacida de los mismos cerebros, se generó un embalse en la obtención de licencias y permisos relacionados a armas y explosivos, incluida la renovación de licencias de armas. Comprensible, un gobierno que desconoce la realidad, tiende a  ilustrarse por los titulares y por lo que Hollywood produce. El resultado ha sido desastroso.

El número de licencias para portar armas que no han sido renovadas oportunamente ha crecido exponencialmente como consecuencia de la incapacidad de la SUCAMEC para procesar la demanda real en tiempo razonable. Su jefatura, fiel a la doctrina palaciega de la ¨percepción¨, amparada en la cercanía amical al abogadísimo de Palacio, hace ruido de cuando en cuando en los medios, sin hacer mea culpa, ni siquiera hoy que ha empezado la cuenta regresiva para rendir explicaciones al próximo gobierno.

Incluso la Ley promulgada hace casi un año no ha podido ser reglamentada a tiempo por el Mininter debido a la terca insistencia del ¨Team SUCAMEC¨ en torcer el espíritu de la misma. Felizmente esta agonía parece estar llegando a su fin y el reglamento, necesario para la vigencia de la Ley, por disposición de la misma, está próximo a ver la luz.

Pero el daño ya está hecho. La lentitud de SUCAMEC en procesar carnets de vigilantes y licencias de armas viene impidiendo que las empresas formales de seguridad puedan cumplir a tiempo con las plazas requeridas por el mercado, retrasando muchos proyectos y la generación de puestos de trabajo formales. La SUCAMEC, en lugar de agilizar el trámite se ha lanzado a la caza de infractores que hayan continuado trabajando con documentos vencidos (por culpa de ella) para poder engordar su caja con las multas que cobre. Extorsión institucionalizada.

A partir del 1 de Enero del 2016, la PNP no podrá celebrar ni renovar convenios para brindar seguridad ni protección a entidades públicas y particulares, medida acertada cuya consecuencia natural debiera ser la atención de esa necesidad por las empresas de seguridad formales. Pero la tozudez de SUCAMEC al demorar el otorgamiento y renovación de carnets y licencias generará una situación sumamente peligrosa que el hampa sin duda aprovechará. Bancos y otras entidades públicas y privadas que vienen contando con protección policial, quedarán desguarnecidos.

Cuando la torpeza alcanza a grados superlativos, cabe preguntarse si hay intencionalidad. Ya hemos visto gobiernos en Latinoamérica que estimularon deliberadamente la inseguridad.

Libertad para los presos políticos en Venezuela esta Navidad

Por: Dardo López-Dolz