¿Cómo hubiera organizado la COP20?

Pensando en voz alta (con algo de ironía) sobre la cumbre ambientalista de Lima      

Yo siendo ministro del Ambiente en un gobierno que hizo de la inclusión social su lema…

Yo siendo ministro del Ambiente, teniendo afinidades con la “SocialPreCOP” (¿dónde se fue el socialismo del XXI?) proclamando que hay que cambiar el sistema y no el clima…

Yo siendo ministro del Ambiente en un país tan vulnerable al cambio climático no como al riesgo sísmico…

Yo siendo ministro del Ambiente considerando que nuestra absoluta prioridad es el cambio climático y no la prosperidad…

Yo siendo ministro del Ambiente quien, por amistad con las ONG y “movimientos civiles” (organizaciones de lucro sin fin), confía en la importancia de las comunidades (pobres víctimas del terrible cambio climático que vemos a diario… ¿o en los diarios?) para la preservación del ambiente…

Yo siendo ministro del Ambiente, con mis amiguitos altermundialistas, quienes ven en el cambio climático la oportunidad de agrupar cualquier reivindicación social (hasta los temas de “equidad de género”) en una papilla indigesta…

Yo siendo ministro del Ambiente teniendo que acoger expertos mundiales para hablar del cambio climático y sus consecuencias supuestamente concretas y reales (generadas virtualmente en simulación informática)…

Yo siendo ministro del Ambiente en el Perú…

Yo siendo ministro del Ambiente en Perú, para acoger a los visitantes internacionales, primero, les diría, ¡bienvenido al Perú que no imaginaban ver!

Yo siendo ministro del Ambiente en Perú hubiera organizado la COP20 en el Distrito de Comas y no en el de San Borja… Porque tengo la impresión que en Comas la gente se focaliza demasiado en tema de basura y no tanto en el calentamiento global estancado desde hace 18 años.

Para más inclusión hubiera albergado a los visitantes no en lujosos hoteles de San Isidro sino, a forma de turismo alternativo, directamente donde el habitante, en San Juan de Lurigancho o en Flor de Amancaes en el Rimac… ¿Y qué importa si sus habitaciones no cumplan con normas sísmicas? Después de todo, recordémoslo, ¡la prioridad es climática!

En término de transporte, en vez de prever transportes especiales (tal vez estas malas empresas privadas capitalistas que tanto daño hacen al planeta ¡disculpa! a Gaïa, quien no nos perdonará) hubiera aprovechado la oportunidad para reforzar el magnífico programa estadista de Corredor Azul, creando por fin los prometidos alimentadores en apoyo de la Municipalidad de Lima.

Para el Catering, en vez de prever lujosos buffet, para el desayuno hubiera extendido el programa Qali Warma, si es bueno para los niños peruanos ¿dónde estaría el problema? Para las demás comidas me hubiera apoyado los comedores populares o, para reforzar la equidad de género, en las mujeres trabajadoras del vecindario.

Para no perder de vista el objetivo climático, hubiera organizado una visita de campo contundente al Parque Nacional Huascarán. Allí, apoyándome en los miembros – climático conscientes - de la comunidad de Vicus hubiera logrado que los visitantes internacionales pudieran observar el preocupante retroceso de los glaciares desde las “cuevas” muy acertadamente acondicionadas directamente en las laderas de las montañas por valientes pequeños mineros artesanales. ¡La artesanía es importante para los altermundialistas!

Hablando de artesanía y de folclor, para que nuestros visitantes internacionales pudieran llevarse un recuerdo o un regalito para sus familiares, prevería una visita final directamente al mercado ambulante que rodea Gamarra…

Yo siendo ministro del Ambiente en el Perú, para despedirme de los visitantes internacionales prevería agradecerles de habernos concientizado al tema climático, ¡nuestra verdadera preocupación a diario!

Yo siendo ministro del ambiente en Perú…

Por Vincent Dumortier

27 - nov - 2014