Raúl Mendoza Cánepa

¿Cómo elegimos?

Sobre los dos proyectos de reforma electoral

¿Cómo elegimos?
Raúl Mendoza Cánepa
01 de mayo del 2017

Sobre los dos proyectos de reforma electoral

Es insólito que si ya el Congreso consolidó un buen proyecto de reforma electoral, aparezca in fine un proyecto del Ejecutivo que, por no coordinar desde el saque, parecería dinamitar lo ya avanzado. El del Congreso fue un trabajo serio, que ahora pretende contrastarse con un proyecto hecho sobre la marcha, que llega a última hora y que, de incorporar contenidos, desarmaría el edificio erigido o generaría discordancias.

Si bien el equipo fue liderado por la mayoría parlamentaria; no se puede decir que el oficialismo estuvo ausente, en tanto la PCM pudo haber canalizado mediante su congresista Gilbert Violeta (PpK) las ideas del gobierno sobre el tema y complementar el contenido en una buena tarea de coordinación delegada. Por lo demás, resulta interesante que la propuesta parlamentaria restituya el Senado. Esta cámara debe ser calificada y ser el centro del debate sustantivo de las ideas y encargarse, a la vez, de temas delicados. Sería una cámara reposada, menos fragmentada y más reflexiva. En el camino entre diputados y senadores, la opinión pública tendría la opción de exponer su perspectiva y, quizás, refrenar cualquier proyecto erróneo en ciernes de ratificación. No es desdeñable la propuesta de que sean dos senadores por región a fin de hacerlo más representativo.

Es correcta la opción de una cámara de diputados con múltiples circunscripciones, no necesariamente coincidentes con los límites departamentales. Existen provincias y distritos cuyas poblaciones superan en número a las de algunas regiones: Chincha, Leoncio Prado, La Convención, San Ignacio, Chota, Huamanga, Ate, Carabayllo, Chorrillos, entre otros.

Centrémonos en la composición distrital por población. San Juan de Lurigancho tiene más población que Tumbes, Piura, Moquegua o Madre de Dios, pero no está representado. Quizás Lima sea desigual y un gran número de sus congresistas proceda del oeste de la capital, cerca al mar, y no de los barrios periféricos que tienen su propia especificidad e influjos migratorios. El mismo principio lo podemos aplicar a otras regiones. Paucarpata y Cerro Colorado tienen más habitantes que Madre de Dios; Ventanilla en el Callao tiene más habitantes que Amazonas, Pasco, Tumbes, Moquegua y Madre de Dios; San Sebastián en el Cusco tiene tanta población como Madre de Dios. Un caso emblemático en Lima es San Juan de Lurigancho, con un millón de habitantes y ningún representante. Este distrito supera en población a catorce regiones del Perú. Bueno, seguiríamos ad infinitum, por lo que la recomposición podría ser válida; y dado su carácter objetivo, estaría lejos de cualquier tentativa de gerrymandering o manipulación política electoral.

Resulta redundante y confuso que se superpongan al ya elaborado, algunos proyectos tardíos. Peor aún si se trata de proyectos en los que no se consideran temas gravitantes que sí se contemplan en el proyecto del Congreso, como es la prohibición a las empresas de financiar a los partidos políticos. Una medida oportuna que daría fin al mercantilismo y a la devolución de favores en obras públicas.

Sobre el proyecto del Ejecutivo habría que decir que, al margen de sus aportes, tiene tramos que parecieran no haber sido diseñados desde la técnica, sino desde consideraciones políticas. Carlos Meléndez, en El Comercio, lo dice en su estilo:No se trata de modificaciones sustantivas que estén a la altura de los retos de la política nacional, sino un guion de comedia de situaciones hecho a partir del copy/paste de iniciativas previas igual de cosméticas” Más de lo mismo, de lo que se ha dicho siempre y de lo que ya está en el proyecto del Congreso o en la ley, con el añadido agravante de reducir el rigor de la inscripción, bajando la valla a 175,000 firmas.

Atomizar el sistema de partidos dando cabida a “movimientos pre electorales” o a combis de toda marca, contradice la sustancia misma de la ley de partidos, cuyo objetivo es institucionalizar las organizaciones políticas, darles visos de continuidad. Tengo serias dudas acerca del levantamiento automático del secreto bancario a candidatos, medida extrema que flexibiliza la condición jurídica de presunción de inocencia (y sin mediar sospechas).

Lo cierto es que, como fuere, el proyecto del Código Electoral elaborado por el Congreso debe tener pronta vigencia. Este es el espacio legítimo de la legislación y el que debe primar. Las coordinaciones tienen su tiempo, lo demás sería superposición y dilación.

 

Raúl Mendoza Cánepa

Raúl Mendoza Cánepa
01 de mayo del 2017

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