Daniel Córdova

Cohabitación: acariciando un sueño francés

Cohabitación: acariciando un sueño francés
Daniel Córdova
08 de junio del 2016

Sobre la posibilidad de que PPK invite a Keiko a ser premier

El final de fotografía a favor de PPK y la mayoría absoluta de Fuerza Popular en el Congreso constituyen un escenario extraño para nuestra realidad y pondrán a prueba la madurez de nuestra democracia en los próximos cinco años. Sin entrar en escenarios extremos, lo peor que puede pasar en este momento de nuestra historia es que, como en Estados Unidos, cuando Ejecutivo y Legislativo son opuestos, haya poco espacio para reformas y muchas restricciones a la ejecución del gasto público. De ahí que lo mejor en teoría sería ensayar una cohabitación, como en Francia, algo distinto al cogobierno que hicieran AP y el PPC entre 1980 y 1985, o al dúo Nacionalismo - Perú Posible a partir del 2011.

En el Perú la elección presidencial en primera vuelta es simultánea con la legislativa, pero no debería ser así. En la mayoría de países con democracias maduras, esas dos elecciones no coinciden en el tiempo. Por ello, son raras situaciones como la actual, con el Congreso dominado por la oposición. En Francia, durante la Quinta República y a partir de Francois Mitterrand, en una tal circunstancia, se ensayó una fórmula que pareciera imposible en nuestro caso, pero que sería la más deseable institucionalmente.

Corría el año 1986, con Mitterand terminando su primer septenio, cuando la derecha, liderada por Jacques Chirac, ganó las elecciones. Así, por primera vez, el presidente de la República convocó su opositor a que asuma el premierato y forme un gobierno, reservándose Mitterrand el liderazgo sobre las relaciones exteriores y las fuerzas armadas. De más está decir que en Francia la figura del primer ministro no es decorativa. Quien gobierna es él, la responsabilidad política es suya; y si tiene al Congreso consigo, está en capacidad de pasar las reformas que quiera pasar.

En 1988, el presidente Mitterrand se enfrentó a al primer ministro Chirac en las elecciones presidenciales. Recuerdo un debate histórico en el que no dejó de llamarlo “señor primer ministro”; y cuando Chirac le reclamó airado que en ese debate los dos eran simples candidatos, Mitterrand le respondió: “tiene Ud. toda la razón, señor primer ministro. Ganó Mitterrand. Pero en 1993 el Partido Socialista volvió a perder las legislativas y Mitterrand convocó entonces a Edouard Balladur, de la alianza de derecha. Luego, en 1995, finalmente, Chirac ganó las elecciones presidenciales; pero en 1997, al perder las legislativas, hizo el camino inverso y nombró primer ministro al socialista Lionel Jospin.

Dichos regímenes excepcionales funcionaron bien. El presidente personificando a la nación, con poder de veto sobre el nombramiento de ministros y desempeñando un papel de estadista. Y el primer ministro gobernando la economía, las políticas sociales y la seguridad interna. ¿Qué posibilidades existen en nuestra frágil democracia, y después de una segunda vuelta tan violenta, de que PPK invite a Keiko a ser premier y formar gobierno? Casi ninguna. Estamos muy poco maduros para ello. Pero sería una salida interesante para cerrar heridas y darle estabilidad al país.

Hay quienes dicen que a Fuerza Popular no lo conviene, de cara al 2021. Discrepamos. Lo que debe hacer el fujimorismo es ablandarse, reciclarse. La mitad del país no lo quiere. Bien harían en bajar la cabeza con humildad y poner todo de sí para sacar adelante el país. PPK por su lado podría dirigir las grandes reformas sobre las que seguramente estarían de acuerdo todos, salvo la izquierda en algunos casos. Y se coronaría como el gran artífice de la reconciliación del país.

En fin, sabemos que estamos pensando en un imposible. Sabemos también que soñar no cuesta nada.

Daniel Córdova

 

 
Daniel Córdova
08 de junio del 2016

COMENTARIOS