Javier Agreda

Chimbote en la narrativa literaria

Chimbote en la narrativa literaria
Javier Agreda
27 de febrero del 2015

Dos novelas que le dan presencia al puerto norteño en la literatura peruana. 

Chimbote es uno de los puertos más importantes del país y tiene una larga e interesante historia, que oficialmente se remonta hasta el año 1774. Pero recién a partir de la mitad del siglo pasado, con la construcción de una central hidroeléctrica y la instalación de una empresa siderúrgica, la ciudad comienza a desarrollarse fuertemente; y llega a tener un auge con el “boom” pesquero de los años sesenta, relacionado con la pesca de anchovetas y la producción de harina de pescado. Con la bonanza económica, la ciudad se convirtió en un foco para las migraciones de toda la zona del norte del país y en un crisol cultural. 

Desde la literatura, el primero en llamar la atención sobre este fenómeno fue nada menos que José María Arguedas (1911-1969), quien ambientó en esta ciudad su última novela El zorro de arriba y el zorro de abajo, publicada póstumamente en 1971. En esta novela Arguedas cuestionaba que los migrantes andinos llegados a Chimbote perdieran sus raíces culturales, asimilándose a una especie de modernidad degradada, a una vida urbana más bien marginal. Por aquel entonces Arguedas atravesaba una profunda crisis personal, que finalmente lo llevaría al suicidio. Esos aspectos están presentes en los diarios personales del autor, que se integraron a la novela. 

Paralelamente al desarrollo económico de Chimbote, la actividad cultural también comenzó a desarrollarse. En la década del setenta surgieron diversas iniciativas y grupos, como “Isla Blanca. Arte y Liberación”. Un integrante destacado de este grupo, Oscar Colchado Lucio (1947), es autor de una serie de cuentos y novelas ambientadas en Chimbote. Pero sin lugar a dudas, su obra más ambiciosa al respecto es Hombres de mar (2001) una amplia saga que cubre treinta años (1970-2000) de historia de la ciudad de Chimbote, su auge y caída como centro pesquero y siderúrgico. La novela es un relato coral, en el que pescadores, obreros, escolares y dirigentes sindicales cuentan, empleando el lenguaje más coloquial, sus vivencias cotidianas: amistades, problemas laborales, sueños y amores. 

Recientemente se ha publicado una muy buena novela que abarca también varias décadas de la historia de Chimbote: El diluvio de Rosaura Albina (2014) de Luis Fernando Cueto (1964). Se trata de un extenso y ameno relato, en clave real maravillosa; una narración compleja, con abundantes quiebres temporales y cambios de narradores, y en la que además se mezclan las historias más increíbles, los sucesos históricos reales (el autogolpe de Fujimori, por ejemplo) y el complejo imaginario chimbotano, compuesto de religiosidad popular, mitos andinos y leyendas urbanas de todo tipo. 

Colchado, que parte de las premisas literarias y las propuestas ideológicas del Grupo Narración, centra su relato en la toma de conciencia política de sus personajes, y toda la trama de Hombres de mar converge en la huelga general que en 1977 paralizó a la ciudad y que derivó en los más terribles abusos de las autoridades. Por su parte, El diluvio… es menos ambiciosa políticamente, pero acaso más lograda formalmente. Cueto suma a su gran capacidad de fabulación un lenguaje en el que también prima la oralidad de los personajes narradores, y que ha sido trabajado con sumo acierto, tanto en los aspectos rítmicos, léxicos y retóricos. 

Por Javier Ágreda
26 - Feb - 2015

Javier Agreda
27 de febrero del 2015

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