Cerveceros y surfistas

Las dos facciones al interior del partido de Gobierno

Los cerveceros y los surfistas son dos facciones del gobierno pepekausa encabezadas por el premier Fernando Zavala y Alfredo Thorne, respectivamente. Ambos pertenecen a la “mancha blanca” que tiene secuestrado al presidente, afirman los marginales dirigentes de Peruanos por el Kambio. Es más, siguen y chuponean desde el gobierno a Jorge Nieto para desprestigiar su gestión, porque es el ministro con más nivel político y el que más destacó en la zona de desastres.

Los dirigentes pepekausas aseguran: “Para la mancha blanca la reconstrucción es un negocio en el que de todas maneras estarán Odebrecht y Graña y Montero”, socios de PPK en su ONG Agua Limpia”. Por eso, Thorne declaró: “Odebrecht puede quedarse en el Perú, si quiere”. Y Graña y Montero (la empresa que va a supervisar las obras del Aeropuerto de Chinchero, con el aval del ministro Vizcarra), es inocente hasta que se pruebe judicialmente que participó en los sobornos de sus socios brasileños para obtener obras públicas, declaran los voceros más exaltados del Ejecutivo.

Para el gobierno la reconstrucción es un negocio lucrativo más importante que las necesidades de millones de damnificados. Incluso, el proyecto de ley presentado al Congreso para la “reconstrucción con cambio” desechaba todo tipo de control económico y político, con el objetivo de evitar la engorrosa fiscalización de los recursos que, según los gremios empresariales, impide hacer las obras de infraestructura que el país necesita.

A propósito, el gobierno recién empieza a implementar el plan de reconstrucción, lo que según los especialistas le tomará una año, y cuatro en desarrollarlo. Por otra parte, la población del norte del Perú sigue aislada, desorganizada y sufriendo la epidemia del dengue y otras enfermedades gastrointestinales que, por falta de previsión del Ministerio de Salud, pueden extenderse hasta Lima; como lo anunció hace dos meses Antonio Hernández, médico especialista del Hospital Cayetano Heredia. El gobierno actúa como si fuese una ONG internacional humanitaria, y eso tiene límites políticos.

Por otra parte, la semana pasada miles de limeños de los asentamientos humanos que no tienen agua ni desagüe se movilizaron contra el gobierno porque no ha empezado ninguna obra de agua y desagüe en todo el Perú. Pablo Reyes líder de la movilización señala: “El Gobierno de PPK es una farsa y el pueblo ya está harto de mentiras”. Giuliana Bustamante: “Nos vamos a movilizar hasta que PPK cumpla sus promesas”. Abel Cruz: “Nosotros sabemos que PPK es un vendepatria, pero lo vamos a hacer cumplir, si no lo vacamos por traidor”.

Mientras tanto, el Gobierno juega con el indulto del ex presidente y ex candidato al senado japonés Alberto Fujimori. El vocero parlamentario Carlos Bruce afirma que él “liberaría a Fujimori”. Gilbert Violeta, presidente del partido de Gobierno —aunque eso parezca una ironía—, dice: “No creo que Bruce diga eso para congraciarse con el fujimorismo por la sanción que tiene pendiente”. La ministra de Justicia, Marisol Pérez Tello, dijo enfáticamente: “Es imposible un indulto a Fujimori”. Son fuegos artificiales para distraer al fujimorismo dicen a sotto voce en la dividida bancada oficialista.

En otras palabras, nada ha cambiado en el Perú. Por un lado, están los políticos que se reparten medallas entre ellos por su “heroísmo democrático”, y al frente los peruanos que atónitos ven las inacabables acusaciones de corrupción. En cambio, los jóvenes se movilizan en las redes sociales ridiculizando al poder con el hashtag #PPKrevisamicaso. Pronto la etiqueta será #FueraPPK o #quesevayantodos, como sucede en Brasil, Venezuela y, Chile.

Tino Santander Joo