Iván Arenas

Cateriano y el “pequeño montesinismo”

Cateriano y el “pequeño montesinismo”
Iván Arenas
08 de abril del 2015

Reflexiones sobre el hasta ahora frustrado proyecto autoritario del nacionalismo.

Es casi una verdad concluyente que uno de los objetivos que el gobierno humalista tuvo desde el principio fue poner en marcha un proyecto autoritario de largo plazo. Una suerte de monarquía. Nadine Heredia, la primera dama, debía ser la sucesora natural del régimen. Para ello se planteó una alianza tácita con los militares. Humala, que proviene del Ejército, intentó involucrar en el proyecto a las Fuerzas Armadas, hacer una “hermandad cívico-militar”, mirándose probablemente en el espejo del fujimorismo albertista.

Pero el proyecto humalista, a diferencia del de Fujimori, necesitaba de alguien que piense. Ahora sabemos que Ollanta Humala no goza de capacidad para liderar la gobernanza y que Nadine no mueve los hilos del poder con mayor precisión que un novato. Necesitaban de un Montesinos que hilara fuerte el poder y avanzara sobre los objetivos del proyecto continuista. Descubrimos entonces que los métodos montesinistas no son monopolio del fujimorismo y que, a diferencia del “mea culpa” y sacada de cuerpo de Keiko y los naranjas, las practicas de Vladimiro habían dejado huella en las capas medias de las Fuerzas Armadas, que tenían a un nuevo profeta.

Sin embargo, fueron solo aprendices, pequeños montesinistas. Las prácticas que el montesinismo utilizó se fueron casi de calco. Como si la historia se repitiera no como tragedia sino como comedia, o ambas al mismo tiempo. Ejemplos sobran. Humala hacía mella y perorata de los “partidos tradicionales” mientras le acompañaba el fantasma de las violaciones de DDHH bajo el seudónimo de “capitán Carlos”. Eso -como de costumbre- le importó muy poco a cierta izquierda que persiguió (o persigue) a sus opositores bajo el paraguas de la judicialización. Para eso se creó la “Megacomisión”, teniendo el claro propósito de sacar al ex Presidente Alan García y al APRA de un probable tercer gobierno. Arreciaron su desdén y le declararon guerra abierta al fujimorismo de Keiko sin observar que, aunque les disguste, representa a un grueso sector del pueblo. Bajo el argumento impreciso de “concentración de medios” se intentó limitar la independencia de los medios de comunicación. Utiliza hoy sus nuevos periódicos “chicha” para atacar diariamente con portadas a sus opositores, con el mismo descaro de viejos tiempos. Promociona a un intolerante gendarme de “mano dura” como el ex ministro del Interior Daniel Urresti, (otro acusado de violación de DDHH) La DINI, el SIN de estos tiempos, espía a opositores y ciudadanos.  Y solo para cerrar, Humala ubica en posiciones claves a sus compañeros de armas.

Pero no hubo inteligentzia ni apparatchik para la consecución de los objetivos. Ahora ¿por qué el liberal Mario Vargas Llosa sigue como garante de un régimen así? No se sabe con exactitud. Así la designación del draconiano Pedro Cateriano como nuevo PCM indica que el gobierno pasó el Rubicón y MVLl se mantiene firme. Una jugada muy de “real politik”, de desafío a la oposición. El propósito es mantener el poder sobrante y la iniciativa a toda costa. No hay una mirada de desarrollo más allá de las fronteras del tira y afloja del día a día, no hay capacidad estadista frente a la desaceleración económica y la visión de país.

¿Qué Cateriano declare la guerra ahora? Imposible. Lo hará después de julio. Son cosas de estos “pequeños montesinistas”.

Por Iván Arenas
08 - Abr - 2015

Iván Arenas
08 de abril del 2015

NOTICIAS RELACIONADAS >

El clasismo de Pedro Francke

Columnas

El clasismo de Pedro Francke

El ex ministro de Economía, y a veces portavoz de lo que se den...

17 de abril
El marxismo en las escuelas

Columnas

El marxismo en las escuelas

Un reciente reportaje elaborado por el programa “Contracorriente...

10 de abril
El APRA frente a Antauro

Columnas

El APRA frente a Antauro

No es absolutamente casual que el himno partidario del APRA sea &ldquo...

02 de abril

COMENTARIOS