¿Cateriano en la mira?

Sobre las actitudes de Nadine Heredia que entorpecen pedido de facultades legislativas

A la ya difícil coyuntura que tiene que enfrentar el Presidente del Consejo de Ministros (PCM) para convencer al Congreso sobre la delegación de facultades, poco ayuda la actitud de la esposa del Presidente.

Cuando una persona que ejerce el poder político se resiste a ser investigada, todo ya está dicho sobre su honestidad.

El Habeas Corpus y la Acción de Amparo se concibieron como protección del ciudadano frente a los abusos del poder, no para que los individuos que lo ejercen puedan eludir los controles.

Es cierto que una interminable secuencia de luces verdes y avales -y un afán de poder evidente- han acompañado la interminable lista de desatinos, trotes, fulbitos y bravatas colegiales de la pareja presidencial, convirtiéndola en un dúo no precisamente dinámico. Pero la gravedad de lo que se asoma amenaza con opacar toda patinada previa de estos últimos 4 años de retroceso económico e inseguridad ciudadana.

Un analista amigo dibujaba esta mañana un apocalíptico escenario, en el que la señora, aprovechando la temporal fragilidad por el affaire de su mentor, empuje por la borda el equilibrio logrado por Pedro Cateriano, causando un impasse que motive su salida antes de Julio, para reemplazarlo por una figura de difícil deglución (¿Urresti?). Esto, siempre según la hipótesis de mi amigo, permitiría aplicar el supuesto plan de cierre del Congreso que Cateriano, en loable defensa de su propio historial de vida democrática, se habría negado a ejecutar haciendo cuestión de confianza del pedido de delegación de facultades. Luego, una combinación de demoras inducidas y gasto populista podrían, según el cálculo que le atribuye esa teoría, mejorar sus expectativas electorales o la del candidato que haya decidido apoyar a cambio de un trato benevolente con sus ¨indiscreciones¨.

En medio de una semana llena de rumores sobre cuentas, libretas, temerosos silencios amicales y otras perlas, nada favorece el éxito de la gestión del PCM ante el Congreso para obtener al menos algunas facultades.

El pedido de facultades delegadas en materia económica es el que mejor suerte debiera correr. Quien aspire a ganar el 2016, necesita que existan desde ahora herramientas económicas cuyos resultados empiecen a  percibirse poco antes del fin constitucional de este gobierno.

Pero el pedido de facultades en materia de seguridad ciudadana genera demasiados riesgos. El listado de materias es tan vago que, siguiendo la tradición de este gobierno, que ya se ha excedido en el pasado legislando sobre temas para los que no tenía facultades, puede pasar a ser un cajón de sastre inaceptable. La presencia del ex ministro Wilfredo Pedraza, padre del  ineficaz primer paquete en la materia -con sus excesos-, y progenitor indiscutible de la teoría de la percepción errada y la histeria selectiva, hacen altamente posible que se insista en la metodología y conceptos errados que tan malos resultados han dado. No basta para evitarlo que tengamos un Ministro del Interior mejor preparado, la defensa del Asesor Presidencial deja claro quien es el papá de la criatura.

Al pedir facultades por 120 días, el Ejecutivo planea al parecer demorarse en legislar más que el Congreso, pues es evidente que aún no ha redactado nada. Y siendo la necesidad de actuar con celeridad el sustento de esta clases de pedidos, el plazo solicitado descalifica de plano su fundamento.

 

Por Dardo López-Dolz

12 – Jun – 2015