Candidatos sin instituciones

Crítica a la informalidad imperante en los partidos políticos

Lo exhibido en la CADE puede tranquilizar a algunos, pero muestra las deficiencias de nuestra clase política. Ante el escenario de los empresarios se han presentado candidatos no de partidos, ni de organizaciones políticas, sino de su propia voluntad. Ninguno tenía un ideal de sociedad que ofrecer y por ello se limitaron a una serie de medidas, que buscaban corregir lo que el gobierno de Ollanta Humala no hizo o hizo mal.

Se presentaron candidatos sin equipos. Poco podemos saber de quienes participarán en el gobierno, salvo en el caso de PPK, que está recolectando algunos ex ministros toledistas, y de Alan García que nos ofrece a algunos de sus ex ministros. No hay nuevas ideas, porque no hay nuevos equipos, y esto nos alerta sobre lo que serán las listas parlamentarias, que serán protagonizadas por los invitados en la cuota del 25%. Quizás esto empuje a que algunos acepten formar alianzas con partidos con escasa presencia pero con algunas personalidades que permitirían escapar de la escasez de gente con trayectoria de los propios partidos para ir al Congreso. ¿Puede usted identificar algún militante de Alianza por el Progreso que no sea Acuña, sus hermanos o sus hijos? ¿Conoce usted a algún militante de Peruanos Por el Kambio?

Hace décadas, Andrés Townsend Ezcurra definió a Acción Popular como una “Federación de Independientes”. Y eso es en lo que se han convertido todas las agrupaciones que se presentan en las elecciones. Por eso hay quienes se pasean por los medios diciendo que tienen invitaciones de varios partidos y que escogerán a cual aceptar. Es decir, bien pueden ir por uno como por el otro. Y por eso semana a semana se anuncian nuevas incorporaciones de individualidades, donde antaño se anunciarían alianzas con otros partidos.

Como se ha repetido en la misma CADE, el Perú requiere de instituciones. Pero es difícil que esto suceda si quienes pretenden dirigir el país siguen siendo parte del modelo donde el sacarle la vuelta a la Ley es lo que prima. No hay mayor ejemplo de lo que es la informalidad peruana que todo lo que rodea las candidaturas que se presentarán el 2016 a buscar la Presidencia de la República.

¿Cómo salir de este entrampamiento en el que necesitamos fortalecer instituciones pero tenemos que hacer este encargo a candidatos que no responden a ellas? Estamos terminando cinco años en los que el Presidente pensaba que gobernar era un emprendimiento familiar sin entender que había reglas que respetar. El siguiente puede pensar de manera similar: que el Estado es su empresa y que él, y solo él, decide sobre lo que hay que hacer. Estamos advertidos

Por: Juan Carlos Valdivia