Mario Saldaña

Campaña judicial más que electoral

Campaña judicial más que electoral
Mario Saldaña
06 de agosto del 2015

Sobre la utilización de la justicia para hacer “guerra sucia” electoral

Las toneladas de barro que los candidatos presidenciales y congresales deben estar acopiando para lanzarlas a los contendores y defenderse de las que a su turno les lloverá serán interminables en los próximos meses.

Las principales retroexcavadoras con que se realiza dicho acopio, para arrojarlo luego en una tienda contraria, se llaman Policía Nacional del Perú, procuradurías, Ministerio Público y Poder Judicial.

El barro es tan propio de las campañas como el pica pica de la alegría. Las contra campañas son parte ineludible de cualquier contienda así como la oportunidad en que éstas son ejecutadas. La particularidad del Perú es que durante las contiendas electorales se arroja tan solo un poco más de basura que lo habitual, pues la política local ya es un lodazal en sí misma.

El hecho que la principal arma para atacar/desvirtuar/afectar a un adversario político sea la denuncia criminal antes que las ideas, planes o programas solo ratifica lo anterior, sin considerar que, además, atizar ese tipo de enfrentamiento en la campaña eleva la temperatura además de los ratings y las lectorías.

El problema acá es qué tienen que decir las entidades antes citadas, usadas como vehículos de acopio y transporte del barro. Pablo Sánchez, por ejemplo, a quien la revista Poder le dedica su última portada y lo califica como “el limpiador” ¿se sentirá cómodo al ver como su institución es instrumentalizada por los políticos del momento luego de los grandes esfuerzos que viene haciendo tras los escándalos Orellana, Alvarez, Belaúnde Lossio, entre otros, y hasta de los que fue partícipe su antecesor Ramos Heredia?

La misma pregunta habría que hacerles a las otras entidades.

Quizá sería una muy buena idea que las instituciones encargadas de administrar justicia, siguiendo pautas similares a las de los organismos electorales, se adelantaran a rechazar cualquier intento de uso de sus fueros con fines tan inmediatos como la obtención de votos para una campaña electoral.

Que el Congreso y “los partidos” se presten a trasladar inmundicia de un lado a otro se puede entender. Más en campaña. Pero no las autoridades cuya misión principal es administrar justicia para todos los peruanos y no solo para actuales, pasados y/o futuros políticos o funcionarios públicos.

Ni siquiera se me ocurre proponer “pactos éticos” y cosas como esas para la competencia porque ya sabemos que al final solo “los tontos” los terminan cumpliendo. Pero sí valdría la pena que los candidatos asuman la iniciativa de evitar al máximo judicializar esta campaña por venir, es decir que se auto regulen e intenten respetar principios elementales como la presunción de inocencia o la independencia en la investigación y en la sanción de los delitos.

De lo contrario, lo que tendremos ante los ojos es, antes que una campaña electoral, un tribunal judicial de acusaciones y respuestas, donde los únicos que ganarán presencia y dinero serán los abogados, no los candidatos.Y claro, por más que tirar barro siempre atraiga más que las ideas.

 

Por: Mario Saldaña C. (@msaldanac)

 
Mario Saldaña
06 de agosto del 2015

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