Giovanna Priale

Camino a la OECD

Camino a la OECD
Giovanna Priale
28 de octubre del 2016

¿Cómo atender las demandas de una educación de calidad?

Escribo estas líneas desde Santiago de Chile, mirando en perspectiva cómo esta ciudad ha cambiado. Tuve la posibilidad de vivir más de dos años aquí y disfrutar, en ese entonces, del metro y del orden y de la limpieza de las calles. Ya en ese entonces, los universitarios invadían las calles y las universidades contaban con centros de investigación reputados. Se puede estar de acuerdo o no con la gratuidad de la enseñanza, pero sí creo que todos coincidimos en la urgencia de responder de manera ordenada y gradual a la demanda de los jóvenes de hoy: mejor calidad educativa, acceso a la educación por capacidades intelectuales (y no solo por ingresos) y empleos formales, con respeto de los beneficios sociales.

OECD lanzó en el 2015 el documento de trabajo “Avanzando hacia una mejor educación en el Perú”, en el que se señala la importancia de la formación de los jóvenes para alcanzar empleos de calidad. Al respecto cita diferentes investigaciones, en las que las empresas señalan que “no encuentran los trabajadores con las competencias que necesitan para su actividad; especialmente aquellas concentradas en sectores de medio y alto valor añadido” y esta restricción varía, según las fuentes, desde el 30% hasta el 68% de las empresas entrevistadas. Además, el estudio concluye que hay evidencia empírica, según información proporcionada por el Ministerio de Educación, de que existe un nivel relevante de subutilización de las competencias de los trabajadores, que alcanza al 42% de los trabajadores con educación universitaria completa y al 58,6% de aquellos que cuentan con educación superior no universitaria.

De otro lado, según el mismo informe, el gasto por alumno en educación al año asciende en Perú, a US$ 2,000 en Paridad de Poder Adquisitivo (PPA), mientras que en el promedio de los países de OECD este rubro se incrementa a US$ 10,220. Al respecto, si bien el monto gastado es una herramienta útil, lo cierto es que se requiere un conjunto de indicadores que permitan medir calidad del gasto y efectividad en el objetivo de reducir las brechas de logros académicos entre colegios de zona urbana y rural, o entre instituciones públicas y privadas.

Resulta claro que los esfuerzos del observatorio Ponte en Carrera (plataforma que brinda información en línea de los sueldos que obtienen los egresados por carrera y por universidad) y las políticas orientadas a estandarizar la calidad de los servicios educativos, mediante la provisión de leyes para universidades e institutos, aspiran a conectar las demandas de las empresas por profesionales y técnicos competentes con la oferta laboral. Esto a fin de que los jóvenes egresados accedan a empleos de calidad en los que puedan construir una historia laboral con la protección de sus derechos fundamentales (salud, pensión, CTS, vacaciones, entre otras).

Pero este objetivo aún resulta “ancho y ajeno”, si no somos capaces de trabajar en serio una reforma laboral que posibilite el desarrollo de un sector empresarial competitivo y sostenible, que genere puestos de trabajo con el pago de beneficios sociales (en las diferentes regiones del Perú) y que haga posible que nuestro país ingrese al círculo de prosperidad y se convierta en un país desarrollado e inclusivo. Y esta acción va de la mano con una profunda reforma tributaria, la misma que ya este gobierno (a nivel de Ejecutivo y Congreso) ha empezado.

Nos toca ponernos metas de corto y mediano plazo e ir cumpliéndolas paso a paso. Para ello se requiere un Estado eficiente y articulador, que integre las demandas de la población con los intereses del empresariado. Y que además sea capaz de integrar paulatinamente a los trabajadores informales, muchos de los cuales hoy ven más rentable estar por fuera del sistema; mientras que otros simplemente no están en capacidad de pagar los costos que supone ser formal.

En síntesis, construir una educación de calidad pasa necesariamente por articular las políticas laboral y tributaria, de manera tal que las empresas cuenten con trabajadores que reciban buenas remuneraciones, egresados de institutos de enseñanza de primer nivel. Esto sin desatender la urgente necesidad de potenciar la creatividad y alta productividad de nuestros actuales y futuros empresarios.

 

Giovanna Prialé Reyes

 
Giovanna Priale
28 de octubre del 2016

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