Cajamarca espera un gesto de grandeza

¿Permitirá el fujimorismo que Santos sea reelegido presidente regional de Cajamarca?

La suerte de la democracia está en juego no solamente en Lima, donde el autoritarismo ha decidido cerrarle el paso a la mala a Luis Castañeda Lossio, sino también en Cajamarca, donde un posible triunfo del comunista Gregorio Santos amenaza con truncar definitivamente varios proyectos mineros importantes, con lo cual se prolongaría por tiempo indefinido la recesión que sufre hoy el pueblo cajamarquino con su secuela de desempleo y pobreza.

Un triunfo eventual del candidato de Patria Roja y de los ecologistas radicales impediría que la región Cajamarca capte unos 20,000 millones de dólares en inversiones mineras que están a la espera de que mejore el clima de inversión para ejecutarse: Conga, La Granja, Galeno, Shahuindo, Cerro Corona, entre otros.

Pero no se trata del futuro de las empresas inversionistas, sino del futuro de cientos de miles de cajamarquinos pobres que, al cancelarse esos proyectos, perderían la oportunidad de tener un empleo digno o de integrarse a la cadena productiva y de servicios de la minería. Un estudio del Instituto Peruano de Economía (IPE), nos revela que por cada empleo directo que crea la minería se crean otros nueve empleos indirectos.

De esto son testigos los habitantes de Cajamarca, que ven ahora languidecer su economía tras haber perdido 6,000 empleos como consecuencia de la paralización de Conga, una inversión de 5,000 millones de dólares detenida absurdamente por la violencia de los ecologistas radicales, con Santos a la cabeza, y la incapacidad del Estado para hacer respetar el estado de derecho.

De esta realidad es consciente el 70 por ciento del pueblo cajamarquino, que rechaza en las encuestas la reelección de Gregorio Santos. Sin embargo, y paradójicamente, el cacique marxista encarcelado por acusaciones de corrupción, podría ser reelegido porque la ley señala que basta obtener el 30% de los votos para ganar y él tiene 29% en las encuestas.

Los otros candidatos con mayor respaldo son los fujimoristas Absalón Vásquez y Osías Ramírez, quienes juntos suman cerca del 50% de las preferencias, pero divididos le dan la ventaja a Santos. Ambos se han desgastado enfrentándose entre ellos en vez de darle batalla política al candidato comunista, quien es el principal obstáculo que impide el desarrollo de la región.

Las fuerzas democráticas cajamarquinas tienen que reflexionar sobre la seria amenaza que se cierne sobre el destino de su región y a partir de allí deberían dialogar en busca de un acuerdo político que anteponga el bienestar del pueblo sobre su legítima aspiración de llegar al gobierno regional. Las circunstancias demandan que los candidatos demócratas hagan un gesto de grandeza en Cajamarca con la declinación de uno de ellos. Esto es un imperativo.

El fujimorismo,, que en la última década ha brindado aportes decisivos para la consolidación de la democracia, al actuar como una oposición responsable y constructiva, tiene la mayor responsabilidad ante el desafío de rescatar a Cajamarca del autoritarismo marxista. Creo que es la fuerza llamada a tomar la iniciativa en busca de dicho acuerdo, con la legitimidad que se ha ganado entre la ciudadanía, que lo reconoce como la primera fuerza opositora.

Confío en que Fuerza Popular y su líder, Keiko Fujimori, sabrán ponerse a la altura de este desafío. De lo contrario tendrían que asumir el alto costo de lo que sería un gravísimo error político.

Por Víctor Robles Sosa