Juan José García

Caja de Pandora en el sector saneamiento

Caja de Pandora en el sector saneamiento
Juan José García
06 de mayo del 2016

Problemas generados por la pésima gestión de las EPS

A treinta días de la segunda vuelta, es preocupante el hecho de que ni PPK ni Keiko hayan tocado a profundidad un tema bastante espinoso, pero sumamente importante: el sector de agua potable y saneamiento. Si bien en sus planes de gobierno se identifican en cierta medida los problemas, en ambos casos las explicaciones sobre cómo resolverlos están llenas de vaguedades y de buenos deseos. Probablemente, nuestros candidatos sean cautos al hablar sobre el sector para evitar riesgos políticos innecesarios; algo comprensible en el contexto electoral. Por ello, aprovecharé mi condición de no político para decir, abiertamente, que el principal problema en el sector de agua es la pésima gestión de las empresas prestadoras de servicios de saneamiento (EPS).

Antes que nada, debemos comprender que en el Perú existen cincuenta EPS; SEDAPAL es una de ellas, la encargada de atender gran parte de Lima. Es justo reconocer que esta empresa ha tenido un desempeño cada vez mejor durante los últimos años; pero sus pares de provincias dejan mucho que desear, aunque la SUNASS se esfuerce en mostrar lo contrario. Por ejemplo, según los datos de este regulador, al final del 2014 las EPS (sin considerar a SEDAPAL) en promedio contaban con: (i) un 89% de cobertura de agua potable, (ii) una continuidad de 16 horas diarias, (iii) una cobertura de alcantarillado del 78% y (iv) una capacidad de tratamiento de aguas residuales del 45%.

A simple vista, uno podría pensar que la situación no es tan mala al interior del país, puesto que el desempeño promedio de las EPS se aproximaría al de SEDAPAL. No obstante, darle esa lectura a las cifras puede ser un error, puesto que dicho promedio está sesgado. Esto se debe a que el criterio de ponderación utilizado es la cantidad de conexiones, lo que conlleva a que las EPS grandes, con un relativo mejor desempeño, limpien el mal desempeño de las EPS chicas. Al desmenuzar los propios datos expuestos por la SUNASS, la lectura se vuelve un poco menos optimista.

A continuación, unas perlitas. ¿Sabía usted que ocho EPS ubicadas en Apurímac, Cusco, Cajamarca, Puno, Huancavelica —departamentos típicamente antimineros— tratan el 0% de sus aguas residuales, lo que sería tan o más contaminante que la minería? ¿Sabía que las EPS grandes dejan de percibir en promedio 417 millones de soles por una mala gestión en la micromedición y la recaudación, lo cual equivale a casi el 100% de los ingresos percibidos, una situación que se replica en las EPS medianas y pequeñas? ¿Sabía que existen numerosos casos de corrupción, como el hecho de que los familiares de los trabajadores de SEDAPAL tengan preferencia de contratación o que el Proyecto Chavimochic amenace con incrementar la tarifa de agua de s/. 0.225 a US$ 0.225 a SEDALIB, si entra alguna participación privada?

Por todo lo expuesto, el sistema de gestión pública del agua es una caja de Pandora. Nuestros candidatos deberían revisar a detalle el modelo y proponer un cambio radical por el bien de los ciudadanos. ¿Qué debemos hacer? ¿Qué es lo que está pasando realmente al interior del país? ¿Es tan grave la situación? Desde Contribuyentes por Respeto buscaremos darles respuesta a estas preguntas en las siguientes semanas, puesto que para definir cómo actuar primero es necesario identificar cuál es el problema.

Juan José García

Juan José García
06 de mayo del 2016

COMENTARIOS