Buscando un Evo

Para que gobierne con mano firme y a favor del pueblo peruano

El Congreso cita de manera prepotente al “sabio, pulcro y honesto” ministro Thorne —según lo califica PPK— para que explique si el presidente de la República le encargó chantajear al contralor con una partida presupuestal adicional a cambio de un informe favorable sobre el aeropuerto de Chinchero. La presentación del ministro en el Parlamento acrecienta las dudas sobre su conducta. Por eso, los parlamentarios de Fuerza Popular, Apra, Frente Amplio y Acción Popular advirtieron que esperan la renuncia del ministro; si no, presentarán una moción de censura.

El viernes pasado, mientras el ministro se presentaba ante el pleno del Congreso, el presidente anunciaba sonriente que ya tenían un reemplazo; un “plan B”, dijo de manera confusa. Sin embargo, dos horas más tarde en un mensaje a la nación, afirmó que él apoyaba totalmente a Thorne. Indudablemente, el carácter irresoluto de PP, agrava la crisis política y social.

Por otra parte, María Cecilia Villegas señaló en su columna del domingo pasado en Perú 21 que las grandes empresas influyen en los organismos reguladores del Estado, y que las compañías Gloria y Latam son el símbolo de la prepotencia. Es evidente que el gobierno de PPK representa solo los intereses de las corporaciones empresariales, y eso es muy grave.

Por cierto, los peruanos no entienden cómo el presidente dice constantemente que el Perú tiene dinero; pero no tenemos salud, transporte ni educación pública eficientes. Esta contradicción entre los emotivos anuncios del presidente y la realidad enfurecen a los peruanos que sufren con los indignantes servicios públicos.

Por otro lado, el imaginario popular busca cautelosamente un líder como el presidente boliviano Evo Morales, que perciben que trabaja por la educación, la salud y el transporte para todos los bolivianos. En el sur peruano la adhesión a Evo es total. Los puneños señalan que los bolivianos recuperaron sus recursos naturales para su pueblo, y no como los gobiernos peruanos que regalan el gas a precios viles.

La diplomacia de los pueblos —es decir, el contacto entre los dirigentes políticos y sociales peruanos y bolivianos— acrecienta en el Perú la necesidad de encontrar al Evo peruano que, según ellos, sea capaz de enfrentar la corrupción de la clase política peruana y a la arrogancia empresarial que cree que el Estado debe estar subordinado a sus intereses.

Muchos analistas dicen que Evo es un cholo y que tendrá el rechazo de los limeños. Incluso argumentan que la experiencia de Toledo es aleccionadora. Se equivocan, los peruanos están buscando un liderazgo político que entienda que la justicia social es darle agua y desagüe a los peruanos; salud, educación, transporte digno y, sobre todo, que ponga los recursos naturales al servicio de los peruanos. No confundan esta plataforma con demagogia populista.

Hermes Cauna, presidente del Frente de Defensa Ambiental Aimara de Puno señala: “No será el marketing electoral que crea imágenes falsas el que llevará nuevamente a los mismos políticos del statu quo al poder. El 2021, o tal vez antes, los campesinos buscamos un cambio radical que acabe con la desigualdad”.

Un fantasma recorre el Perú. No es el socialismo chavista, como creen los alucinados defensores de los negocios privados con subsidios públicos; es la furia popular que momentáneamente no tiene conducción. Edgar Zegarra dirigente de los trabajadores informales de Cusco, dice: “El pueblo quiere un Evo Morales que nos defienda, que no mienta, que acabe con la impunidad de los políticos corruptos y que gobierne con mano firme a favor del pueblo”. Más claro no puede ser.

Tino Santander Joo