Burotran: Desmontar la burocracia

La muralla infranqueable de la tramitología

Se me ha comentado informalmente que el organismo regulador OSITRAN ha enviado al menos un requerimiento a una empresa privada sujeta a regulación, informando de la existencia de requisitos referidos a las formalidades que deben observar, por ejemplo, en los anexos que se incorporan a un escrito. Incluso se habría llegado al extremo de establecer dimensiones estandarizadas (alto, ancho y altura) para las cajas que contienen documentos y se exigiría que si se presentan expedientes técnicos ante la Gerencia de Supervisión y Fiscalización, éstos deberían ser presentados en pionners o anillados.

De ser esto cierto, es el perfecto ejemplo de imposición burocrática de sobre costos absurdos a las empresas. Refleja precisamente lo que el próximo gobierno deberá asumir como tarea ineludible: desmontar las pantagruélicas trabas y exigencias burocráticas absurdas que conspiran contra el dinamismo de la economía y, finalmente, conspiran contra el bienestar de la sociedad en su conjunto.

Es saludable que una entidad de Estado quiera seguir estándares de calidad. Lo que no es posible es que tales estándares sean traslados al usuario de manera irreflexiva. El ejemplo de Ositran, si es que es correcta la información que se me ha dado, es tan solo una muestra más de lo que ciertamente viene ocurriendo en tantas otras entidades estatales en nuestro país. ¿No quieren que los escritos se presenten perfumados también?

La mística de servicio de los funcionarios públicos es, en muchos casos, francamente nula. Existen excepciones pero parece existir la creencia de que es normal complicarle la vida a la empresa para facilitarle la vida al Estado. Me gustaría que los candidatos presidenciales y al parlamento digan de manera clara y directa qué piensan hacer para dinamizar la economía y eliminar trabas o exigencias absurdas. No queremos que Ositran (u otras entidades) se empiecen a ganar el apelativo “Burotran”.

Por Gustavo Rodríguez