Guillermo De Vivanco

Autoridad formal vs autoridad moral

Autoridad formal vs autoridad moral
Guillermo De Vivanco
29 de enero del 2015

Insólito: calles del emporio Gamarra son invadidas con autorización municipal

Lo que más me sorprende de Gamarra es como la libre iniciativa individual, el sistema de libre competencia, ha desarrollado un emporio comercial donde se valoriza el metro cuadrado más caro del Perú. No fuimos planificados ni administrados, sin embargo surgió un orden espontáneo al margen del estado. Cierto es que la informalidad permitió el ahorro que luego devino en inversión y desarrollo. Durante casi dos décadas Gamarra creció a un promedio de 17% anual, muy por encima del resto de la economía. Algo incomprensible para los economistas y los políticos.

Sin embargo, el futuro de Gamarra es amenazado permanentemente por la falta de gerencia, por la desidia de las autoridades o por carecer la municipalidad de recursos para administrar sus 34 manzanas y más de 20,000 negocios. Pero sobre todo por nuestras carencias mediáticas y de representación política. Somos unos individualistas no institucionalizados.

A tan solo dos semanas de la nueva administración municipal presidida por el alcalde Elías Cubas (Solidaridad Nacional) el panorama no puede pintar peor: las primeras dos semanas de Enero, y ante la ausencia de la policía municipal, las calles de Gamarra están siendo “subastadas” por delincuentes motivados por la falta de autoridad o en contubernio con ellas.

Los empresarios observamos impávidos la indiferencia municipal para detener esta invasión cuando sorprendentemente, la semana pasada, entre “gallos y media noche”, se autorizo una “feria” en pleno corazón de Gamarra. Más de 200 ambulantes se han posesionado de la cuadra 6 de Antonio Bazo, justo en el Parque Cánepa. También están autorizando la entrada de módulos ambulatorios en todas las cuadras de Gamarra. El crimen, la extorsión, el reglaje y el chantaje entran por la puerta grande, ¡con licencia municipal!

Nos sentimos traicionados. La ordenanza 035, emitida en Febrero de 1999, prohíbe el comercio ambulatorio en sus calles. El alcalde, que es nuestro “gerente” y responsable de cumplir la ley, ha autorizando estos módulos y ferias, por lo que está cometiendo el delito de abuso de autoridad.

Y esto sucede pese a los esfuerzos desplegados por el gobierno, durante las pasadas fiestas, para evitar el caos y la invasión ambulatoria. No solo se previó un riesgo de estampida ante una emergencia, también se respetó al empresario formal ante la competencia desleal que significa el comercio ambulatorio. La campaña de Diciembre la salvó la Policía Nacional. También el damero B de Gamarra fue cerrado al tránsito vehicular y sólo fue reabierto cuando los empresarios financiaron el pintado de sus mas de treinta cuadras con pintura amarilla, tal como lo solicitaron las autoridades de transito, para marcar las zonas rígidas al parqueo vehicular. Hace una semana, durante la noche,  manos extrañas pintaron de blanco toda la zona rígida y hoy se reparten los estacionamientos.

Los empresarios tenemos el mejor ánimo de colaboración y no de enfrentamiento. Pero como dice Friedrich Hayek: “Parece casi una ley de la naturaleza humana que le es mas fácil a la gente ponerse de acuerdo sobre un panorama negativo, sobre el odio a un enemigo, sobre la envidia a los que viven mejor, que sobre una tarea positiva. La contraposición del <nosotros> y el <ellos>, (los empresarios y la municipalidad) la lucha contra los ajenos al grupo, parece ser un ingrediente esencial en todo credo que enlace sólidamente a un grupo para la acción común”.

Finalmente ¿Cuál de las dos autoridades es más relevante, la formal o la moral?, ¿son excluyentes o dependientes?, ¿se ejerce una al margen de la otra o es necesaria su complementariedad? ¿La perdida de la formal anula la moral?

Efectivamente, la perdida de la autoridad moral devalúa la formal. No se puede educar dando buenos consejos seguidos de malos ejemplos. Nuestra crisis institucional, política y de confianza responde justamente a una crisis moral. El mayor daño de la corrupción no es económico sino moral, la pérdida de valores degrada la sociedad. Cuando la justicia se subasta, cuando se tranzan los derechos, cuando la impunidad triunfa, entonces las sociedades son inviables: triunfan las pandillas  las mafias, el dinero.

Solidaridad Nacional, representado por Elías Cubas, ha ignorado el esfuerzo de todos los empresarios que construyeron Gamarra. Muy temprano para cometer errores tan graves. Muy pronto para perder autoridad moral.

Por Guillermo de Vivanco Roca Rey

(29 - Ene - 2015)
Guillermo De Vivanco
29 de enero del 2015

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