Mar Mounier

Atrevida y soberbia ignorancia

Atrevida y soberbia ignorancia
Mar Mounier
27 de octubre del 2014

¿Por qué ciertos intelectuales de izquierda satanizan el capitalismo?

En nuestros días, el “intelectual” de izquierda -salvo honrosísimas excepciones-, presenta una marcada hostilidad en contra del sistema capitalista. Bertrand de Jouvenel, politólogo y economista francés, en su conferencia “Los intelectuales europeos y el capitalismo” expuso las razones de esta actitud, que caen como anillo al dedo si nos remitimos a la realidad peruana. ¿Por qué ciertos “intelectuales” caviares satanizan las instituciones que denominan, globalmente, capitalismo? Veamos.

Primero, por ignorancia. Friedrich Hayek bien decía que el orden social empresarial es uno de los más complejos de entender. Y es que exige un esfuerzo deliberado de análisis y estudio, pues la comprensión del funcionamiento de los procesos de mercado sólo puede proporcionar el entendimiento de la teoría económica. No basta con desarrollar habilidades para la escritura, literatura o poesía para profundizar desde el punto de vista analítico en temas económicos. Por desgracia, esto brilla por su ausencia en la mente de gran parte de ciertos dizque “intelectuales” de izquierda, quienes no tienen el mínimo conocimiento teórico acerca del funcionamiento ni de los procesos del mercado. Es por ello que para disimular su falta de conocimiento en materia de ciencia económica, sólo responden a sus motivos con razones afectivas (“interés” por el trabajador) y morales (“injusticia” del sistema).

La segunda razón radica en la arrogancia del falso racionalista. Un intelectual es el estudioso en letras y ciencias que propone teorías y genera ideas partiendo del amplio conocimiento y la reflexión crítica. En el Perú, hay “intelectuales” que se consideran “iluminados” en todas las materias. Se escandalizan, juzgan y desprecian al “vulgo”, a esa “masa ignorante” y “ofensiva” para su “refinada y vasta cultura”. Así tenemos a literatos, sociólogos, abogados y psicólogos fungiendo de líderes de opinión en temas de materia económica. Y desde su pedestal del “conocimiento supremo” y “superioridad moral”, estos falsos valores se arrogan autoridad intelectual para pontificar sobre lo que el pueblo debe y no debe desear. Muchos en el poder, y considerándose dueños de la verdad absoluta, utilizan a periodistas que desconocen del tema tanto como ellos, para aquello que el politólogo Giovanni Sartori denomina “telepolítica”: en este caso, (con)fundir propaganda política con temas de economía. ¡Ay de aquel “ignorante” que les lleve la contraria! Así sea... economista.

La tercera razón es el marcado complejo de inferioridad que le produce resentimiento al sistema. Y es que este tipo de “intelectual” se encuentra en una situación muy incómoda. Sabe que el valor de mercado de lo que aporta al proceso productivo es muy reducido. “¡He estudiado, vivido en París, leído a Benedetti y resulta que hago estas obras que no las compra nadie! ¡En esta sociedad capitalista algo debe estar podrido si no se valora como se debe mis cultivados poemas, mis finísimas pinturas, mis refinados artículos!”. El mundo de los negocios es para este personaje “un mundo de valores falsos, de motivos bajos, de recompensas mal dirigidas”(Hayek, 1954). Y, aun cuando se convierta en un Mario Vargas, nunca “recauda lo suficiente” teniendo en cuenta su “exquisito valor” como intelectual. ¿Su tortura? Ver que un “inculto”, “inmoral” y “pichiruchi” empresario gane más por estar vendiendo, digamos, lechones.

La ignorancia es atrevida y… soberbia. Si a eso le agregamos resentimiento, no debería extrañarnos el cínico comportamiento de ciertos “intelectuales” de izquierda caviar. Se presentan como los adalides del progreso pero lo odian. Dicen buscar la equidad, pero a costa del bolsillo de otros a quienes envidian secretamente.

Por Mar Mounier (El Hígado de Marita)

27 - oct - 2014

Mar Mounier
27 de octubre del 2014

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