Luis Cáceres Álvarez

Aquí yace un profesional

A un mes de la partida de Miguel Ángel Bastenier, maestro de periodistas, (1940 -2017)

Aquí yace un profesional
Luis Cáceres Álvarez
30 de mayo del 2017

A un mes de la partida de Miguel Ángel Bastenier, maestro de periodistas, (1940 -2017)

“Quisiera morir en una calle de Bogotá asesinado por un sicario por defender a una dama”, era su respuesta a la pregunta de cómo hubiera querido terminar en la vida. Pero, un cáncer al riñón, a los 76 años y en Madrid, marcó un antes y un después en tiempos de nuevos retos para el periodismo del siglo XXI.

Sigue el luto en España, Colombia y América toda, porque el 28 de mayo se conmemoró un mes del fallecimiento de Miguel Ángel Bastenier, hombre pequeño que dejó enormes huellas en el oficio y que le dedicó dos libros: El blanco móvil (2001) y Cómo se escribe un periódico: el chip colonial y los diarios en América Latina (2009). Y otros dos al conflicto árabe-israelí: La guerra de siempre (1990) y Palestina-Israel: La casa de la guerra (2002).

Periodista graduado de la Escuela Oficial de Madrid. Licenciado en Historia y Derecho por la Universidad de Barcelona, y en Lengua Inglesa por el City London College. Fue subdirector de Relaciones Internacionales del diario El País de España, y uno de sus columnistas más destacados; hasta el momento, quien mantiene la mayor cantidad de seguidores en Twitter: 172,000. Profesor de géneros periodísticos y análisis internacional de la Escuela de Periodismo del mismo diario y de su segunda casa la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), creada por Gabriel García Márquez desde 1995.

Este último lo calificó de “bruto inteligente”. A lo que respondía que el primer término de todas maneras era suyo y el segundo que juzgara la opinión pública. “No deseo ser ni señorito, ni fino, ni elegante”. Bastenier, por propia satisfacción, siempre se consideró un humilde periodista, que compartía lo que aprendió en las redacciones. Juan Paredes Castro, ex editor de la sección política del diario El Comercio, y uno de sus alumnos en la FNPI, me dijo en una entrevista: “nosotros, los periodistas nos vamos casi en silencio y desaparecemos del panorama. Bastenier es uno de los pocos que deja una marca fuerte y no se va más”.

Se mantuvo conectado a la realidad latinoamericana porque para él la misión de todo español era defender la democracia en la región. Y también el lugar para defender “con inteligencia y con matices, muchos matices, a España, admitiendo todo lo que hay que admitir que no es precisamente santo”. Por eso, declaraba que la noticia que no cubriría era la “destrucción” del proceso de paz colombiano.

Ojos protegidos por anteojos de montura gruesa, canoso, bronceado, de pequeña estatura, pies cortos, con sobrepeso y cigarro en mano. Puntual, agudo, de humor negro, descarnado en apuntar donde otros no apuntaban, y capaz de noquear con críticas al leer un texto que no le gustaba. Otro detalle importante, era “bajar las revoluciones” a numerosos novatos con 140 caracteres vía Twitter, la plataforma propicia para enseñar a ser claro, simple y directo en la explicación de por qué pasan las cosas que pasan. Porque también, y según sus palabras, resultaba inútil e incluso contraproducente combatir los cambios que ocurren en la profesión. “Si la juventud no lee periódicos, ¿por qué se matriculan a estudiar el oficio?”, decía. Eso enseñó. Los colegas del mundo estamos agradecidos por habernos contagiado esa pasión. A seguir con el trabajo.

Por: Luis Cáceres Álvarez

Luis Cáceres Álvarez
30 de mayo del 2017

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