Aplaudiendo al tahúr en el país de nunca jamás

Que el presidente del Poder Judicial, una de las tres personas más importantes del aparato estatal (los otros dos son el presidente de la República y el presidente del Congreso) se haya visto obligado a pedir garantías policiales para su vida para protegerse de las amenazas del crimen organizado confirma lo que la población ya sabía, que los publicitados éxitos en la lucha contra la delincuencia no son sino propaganda vacía, aplaudida por un sector irresponsable de la prensa. Una muestra de lo alejado que anda el quehacer y la discusión política de las preocupaciones ciudadanas incluso en Lima (donde han asaltado once bancos en menos de dos meses).

La aparente reedición de esas mismas prácticas vedadas (imagino que esta vez no filmadas) que dieron partida de nacimiento al movimiento antifujimorista, parecen haber permitido a PPK cumplir su anunciada intención inicial de “jalarse” congresistas, y podría conseguir el objetivo de impedir los votos para la vacancia presidencial, a la par que sirve a los objetivos del partido grande del siglo XX (que pugna por recuperar su posición) enfrentando lo que debieron ser solo facciones (como sucedió siempre en el aprismo) y buscando convertir el fujimorismo en una suerte de peronismo peruano, ya no con facciones, sino con partidos enfrentados. Una reedición de la jugada favorita para las cámaras del “Doc”, supuestamente ingeniosa y de paternidad desconocida, que viene siendo aplaudida por buena parte de la prensa escrita y televisiva, que sigue pretendiendo jugar fulbito interbarrios en medio de la Champions, sin percatarse de que la procesión va por otro lado.

Algo puede haber aportado la comprensible preocupación del presidente Trump por tener aliados confiables (gringo le cree a gringo) en esta parte del hemisferio que sus sistemas de inteligencia no terminan de entender. La aparentemente inminente necesidad de pronta intervención multinacional por la crisis humanitaria venezolana, puede haberlo llevado a presionar por interpósita persona a Almagro (herramientas no le faltan) para que meta en correa a la Corte interamericana en materia del indulto y para que abogue por quien percibe como amigo de sus amigos de Wall Street. Macri está geográficamente lejos y con suficientes problemas propios, Piñera ha evidenciado un estilo europeo de concesiones para conservar poder; mientras que Brasil, México y Colombia no parecen augurar nada bueno para la concepción hemisférica de EE. UU. Por lo tanto PPK aumenta su sex appeal.

Pero si el gobierno de PPK no empieza a tener avances reales frente al narcotráfico y la inseguridad ciudadana, si no consigue revertir la situación económica (los efectos de las grandes compras corporativas de empresas del mercado peruano, que entusiasman a quienes ven el mundo solo con el crisol excluyente de las finanzas, no necesariamente se verán reflejadas aquí, con menos probabilidad aún, antes del 2021), si el sistema de inteligencia no empieza a producir planeamiento de escenarios frente a la manipulación extremista (Sendero, MRTA y antauristas incluidos) y si esta no es atendida asertivamente por el Gobierno central, ordenando juiciosas operaciones de los brazos ejecutores de la seguridad y la defensa nacional, esto va a parecerse mucho a la salida pasada la medianoche después de una fiesta lujosa en medio de una favela de Río.

En países como el nuestro, la política no es ruido, es parte esencial del ecosistema de la economía.