Ante la desgracia, a cerrar filas

Presidente debería liderar una cruzada de unión

Uno casi pierde las ganas de analizar y opinar sobre temas de la coyuntura (la interpelación de hoy al ministro Vizcarra, el nuevo parteaguas nacional que es la realización o no de los Panamericanos, la actitud del fujimorismo frente al tema del Sodalicio, etc) ante tanta desgracia humana y tanta pérdida de infraestructura por este denominado “Niño Costero”.

Es casi una película de terror ver —en vivo y en directo— gente que se ahoga, buses y autos (con o sin personas) que se los lleva el río, agricultores que lo pierden todo por las lluvias, puentes y caminos hechos un desastre, calles céntricas de importantes ciudades atiborradas de agua y hasta animales arrastrados hasta la orilla del mar. Pero lo más tétrico es que no es una película nueva para los peruanos. Ya han empezado las comparaciones con El Niño de 1983 o con el de 1998, y saltan las conclusiones de que la magnitud de lo que vivimos por estos días es realmente inédita.

Más tétrico aún es que desde el 2014 no solo se había dispuesto de un presupuesto para labores preventivas (si mal no recuerdo alrededor de S/. 3,000 millones, siendo aún Miguel Castilla titular del MEF) yya desde el 2015 más de un ministro viajaba al norte y a la zonas vulnerables de Chosica y Santa Eulalia para hablarnos de la descolmatación de los ríos, los muros de contención, las áreas de seguridad por las crecidas, etc. Y bla, bla, bla.

Pregunto: ¿vale la pena discutir siquiera la supuesta disyuntiva entre Panamericanos sí o Panamericanos no cuando estamos siendo testigos de una tragedia que sí pudo ser mitigada, que sí pudo causar menos daño y dolor si las personas competentes hubieran actuado con responsabilidad? ¿Dónde está el dinero? ¿En qué se invirtió?. ¿Dónde queda la responsabilidad del presidente, ministros, gobernadores y alcaldes de las zonas hoy afectadas, que tuvieron que actuar desde el 2015?.

OK, Lava Jato es muy importante. También es verdad que el Perú requiere con urgencia afianzar su crecimiento económico y su gobernabilidad. Pero esto que está ocurriendo en este preciso momento, mientras usted lee estas líneas, pudo haber sido mucho menos doloroso y oneroso para todos.

Vale un cuerno, un cuerno partido por la mitad, ver desfilar autoridades de todo nivel en frente de la desgracia de muchos peruanos por simple empatía. Este “Niño inédito”, o como quieran llamarle, no será ni la primera ni la última vez que ocurra. Experiencia ya tenemos y de sobra, solo había que actuar. Todos sabemos que siempre hay que actuar preventivamente. De nada valen las quejas ahora que el agua, las piedras, el lodo y la desgracia nos ahogan. Una autoridad de verdad, responsable y comprometida con su comunidad, hace lo que corresponde; no por votos, sino por simple sentido común y respeto a los suyos.

Hace unos días, mientras en el Twitter los pro y anti gobierno se daban de mazazos por el tema de los Panamericanos (y el agua se seguía llevando peruanos), reiteré una verdad incontrastable. El problema del país no es la falta de recursos, sino la ausencia inmensa de capacidad de gestión (o las prácticas corruptas) de quienes tienen la responsabilidad de usarlos en favor de la gente.

Frente a esta desgracia solo queda una sola ruta: cerrar filas, dejar las diferencias (aunque sea unos meses, por lo que más quieran) y remar todos en el mismo sentido. Ojalá el presidente Kuczynski tenga la capacidad de liderar esta cruzada de unión. El Perú lo necesita. Mi solidaridad y mi abrazo a las familias que han perdido y siguen perdiendo seres queridos en esta tragedia.

Mario Saldaña C.

@msaldanac