Juan Carlos Valdivia

Ana Jara ¿la intocable?

Ana Jara ¿la intocable?
Juan Carlos Valdivia
30 de marzo del 2015

Sobre el papel de la titular de la PCM ante el espionaje y su posible censura.       

La defensa de la ministra Ana Jara no pudo ser más ingeniosa. Ahora resulta que su salida del premierato traería al Perú las siete plagas bíblicas. Espantaría la inversión, daría paso a los sectores oscuros del nacionalismo, generaría inestabilidad. Resulta que –y no nos habíamos dado cuenta- Ana Jara era el punto en donde se afirmaba nuestro futuro como país y el de nuestra democracia.

¿Quiere decir que desde que Ana Jara asumió el premierato, la señora Nadine Heredia dejó de tener influencia en el gobierno? ¿Quizás Ana Jara se haya hecho notar por su independencia del poder de la señora Heredia y tampoco hayamos tomado nota de eso?

Lo único que ha diferenciado a la señora Jara de anteriores primeros ministros es que ha desarrollado una excelente política de relaciones públicas personales. Uno puede darse cuenta quienes son los que han caído en los encantos de la premier. En realidad es un trabajo que hacía desde ministra, cuando contaba trascendidos en los que ella siempre era quedaba bien, y había quienes se tragaban el anzuelo.

Pero la verdad es que Ana Jara está en el puesto de premier por su incondicionalidad a la mal llamada “pareja presidencial” o para decirlo con claridad, porque está dispuesta a aceptar la intromisión de la esposa del Presidente en los asuntos de Estado. Luego del fallido intento con Cesar Villanueva, el siguiente premier –René Cornejo- asumió el encargo con la sola condición que la esposa del Presidente dejara de participar públicamente en actos del Gobierno. Quizás allí esté la explicación de su corta duración. Ana Jara asumió el puesto disciplinadamente. Era la culminación de una corta carrera política.

Cuando lo importante es cuidar la imagen y no gobernar, tenemos los resultados que Ana Jara viene obteniendo en su gestión. La economía se sigue desacelerando, y el gobierno carece de liderazgo. Pero ahí está la primera ministra dispuesta a contar historias a sus amigos.

Y hay que recordar que esto del espionaje no es el primer hecho cuestionable que la señora Jara avaló. Están también las actuaciones de los ministros Urresti y Cateriano, que se dedicaron desde sus puestos a atacar a la oposición. Solo cuando la situación estuvo al límite, luego de varios meses, de alguna manera se corrigió tal situación.

El espionaje realizado desde la DINI a sectores de la oposición, periodistas, empresarios y a los familiares de estos no tiene justificación alguna en un gobierno democrático. Una vez descubierto, lo normal hubiese sido que Jara renunciara en defensa de su honor y mostrando su rechazo a esas prácticas. Ella, por el contrario, lo ha avalado, ha sido parte de la escenografía que se quiso montar para minimizar el hecho. Esta suicidándose políticamente, solo por mostrar su lealtad al presidente y a su esposa.

Esperemos que el debate de hoy, más allá del resultado, muestre a una oposición capaz de defender los principios elementales de la democracia. Y que el gobierno tampoco use los múltiples recursos –y los miles de files que tiene- para volver a doblegar a la oposición.

 

Por Juan Carlos Valdivia
30 - Mar - 2015  

Juan Carlos Valdivia
30 de marzo del 2015

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