Juan José García

Amores que destruyen la institucionalidad

Amores que destruyen la institucionalidad
Juan José García
02 de junio del 2016

Queridos compatriotas, estamos a pocos días de culminar el cuarto proceso electoral democrático consecutivo. Lamentablemente, dados los resultados de las últimas encuestas publicadas el peligro vuelve a acechar, puesto que Keiko Fujimori le lleva al menos 7% de ventaja a Pedro Pablo Kuczynski. Por ello, invito a aquellas personas que aún no han decidido su voto (y a todos en general) leer el argumento que desarrollaré más adelante. Caber resaltar que éste no es el típico argumento antifujimorista tosco de siempre; sino que está basado en un riesgo latente, que de materializarse podrían poner en vilo la estabilidad institucional del país, la estabilidad económica y hasta el quinto proceso electoral democrático consecutivo. Éste es el romance Ramírez-Chlimper.

Todo empezó cuando se dio a conocer un audio en donde se afirmó que Ramírez lavó dinero de Keiko Fujimori. Cosa que empeoró cuando se evidenció la asombrosa habilidad en los negocios de Joaquín Ramírez, la cual aparentemente le permitió pasar de ser un modesto cobrador de combi a un hombre acaudalado, con un patrimonio de casi s/. 18 millones de soles. Algo que si bien no es imposible, es sin duda un logro destacable, sobre todo en nuestro país. Existe un viejo dicho que dice: “cuando el río suena, es porque piedras trae”. ¿Cuáles son entonces las piedras del Sr. Ramírez? Presuntamente, vínculos con el narcotráfico y con una red de lavado de activos.

Ante la tensa situación que enfrenta Fuerza Popular, José Chilmper no tuvo mejor idea que inmolar su buena reputación como empresario social y político comprometido para defender a Ramírez. ¿De qué manera? Entregando a los directivos de Panamericana Televisión un audio adulterado, con el objetivo de confundir a la opinión pública y limpiar la imagen de su muy querido copartidario, perdiendo así toda credibilidad e idoneidad para ejercer cualquier cargo público. ¿Cuál es el problema con todo esto? Que la lista de elementos corruptos del fujimorismo se hace más larga (¡Y con un congresista electo y un posible Ministro de Economía!). Con esto, es poco probable que un próximo gobierno fujimorista destaque por su legalidad y ética.  

Como se puede apreciar, el problema es muy grave, puesto que de probarse los vínculos con el narcotráfico y/o con una red de lavado de activos, considerando además que Fuerza Popular tiene mayoría en el Congreso, un gobierno de Keiko Fujimori podría generar una orgía de impunidad para los malos elementos del fujimorismo. Esto indiscutiblemente afectaría a nuestra institucionalidad, al crecimiento económico y a la continuidad de la democracia. ¿Realmente queremos celebrar el 2021 el quinto proceso electoral democrático consecutivo? ¿Sí? Bueno, evitemos votar en blanco. Votemos por PPK.

 
Juan José García
02 de junio del 2016

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