Franco Germaná Inga

África: el inicio del viaje

El inicio de una investigación sobre el emprendimiento juvenil en Kenia

África: el inicio del viaje
Franco Germaná Inga
11 de mayo del 2018

 

Las luces están apagadas, el asiento de enfrente reclinado y la gente por fin duerme luego de calmarse tras el término de la turbulencia del que está siendo un vuelo agitado. He tratado de dormir, pero por mi mente pasan varias cosas y tuve que sacar mi laptop para rendirme al vicio de escribir. Finalmente, mi viaje de investigación a Kenia para obtener el grado de magíster en Estudios de Políticas Públicas de la Universidad de Edimburgo es una realidad. Mi tesis es sobre las barreras y recomendaciones para el emprendimiento juvenil en Kisumu (Kenia). Emocionado por el reto, esta columna será la primera de varias por venir sobre África y las políticas públicas de empleo y emprendimiento que podemos aplicar en el Perú para sacar a la gente de la pobreza.

El problema más importante de Kenia es el desempleo. Alrededor del 40% de la población no tiene trabajo (https://bit.ly/2rqecpV) y el desempleo juvenil, según el Gobierno, se encuentra entre 65% y 80%, debido a que las cifras no son del todo confiables (https://bit.ly/2KJbaWz). Ello es alarmante, especialmente considerando que Kenia es un país con rostro joven, ya que el 75% de su población es menor de 35 años (https://bit.ly/2JXh1pO). Mi proyecto parte de la fe en los jóvenes y de la concepción de que ellos, en lugar de ser el problema, son parte de la solución, desde la convicción de que la economía no solo debe funcionar para los ricos, sino también para los pobres. Es en ese contexto que el emprendimiento resulta una herramienta poderosa para sacar a la gente de la pobreza, porque convierte a las personas de buscadores de empleo en creadores de empleo. Pero esta columna es sobre mis últimas 48 horas.

El día anterior a mi viaje, mi Windows expiró y me quedé momentáneamente sin laptop. En estado de pánico ante la inminencia del viaje, fui a una tienda de electrónicos en Edimburgo para que la arreglaran y me dijeron que con gusto lo hacían pero que tenía que recoger la laptop al día siguiente. Le explique a la chica encargada de la tienda que ello era imposible porque tenía que tomar un vuelo muy temprano en la mañana, pero ella insistió en que no la iban a arreglar para el mismo día. Ante tamaña respuesta, no me quedó más que explicarle que necesitaba mi laptop para mi investigación, que en la comunidad rural africana en la que viviría quizás ni encontrara un técnico capaz de arreglarla y que mi tesis de maestría pendía de un hilo. Felizmente descubrí que ella hablaba español, y fue por hablar en nuestro idioma natal que conectamos. Finalmente, por una combinación de pena y amistad en ciernes, aceptó trabajar una hora extra para solucionar mi problema. Me salvó la vida.

En la mañana siguiente mi vuelo hizo una escala en Estambul, capital de Turquía y ciudad que marca la frontera entre Europa y Asia. Otrora Imperio Otomano, Turquía es un país importante en la región y que hila fino en sus relaciones con Washington y Moscú. Es el país del Bósforo, del té y también de Onur, Sherezade y Fatmagul. Lamentablemente, la breve escala limitó mi paso por dicho país a la ingesta en el aeropuerto de un típico y delicioso menemen, que es una especie de huevos revueltos con tomate y ají, y un té turco.

Los meses de espera han terminado. Estoy rumbo a Kenia, un país del que —siendo sincero— solo sabía que tenían buenos maratonistas en las olimpiadas. Sin embargo, desde que la Universidad de Edimburgo me asignó la plaza a la que postulé, he aprendido mucho sobre su historia y presente. Es así como me he dado cuenta de que muchos de sus problemas son similares a los del Perú; como la corrupción, inseguridad y desigualdad social. Con una sonrisa en el rostro, presto a asumir este reto, apago la laptop para no molestar con la luz a la chica que se sienta detrás de mí. Espero que mi paso por Kisumu ayude a sus comunidades y que mi investigación les rinda frutos.

Algún lugar sobre el este de África, 05 de mayo de 2018.

 

Franco Germaná Inga
11 de mayo del 2018

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